La arboleda urbana de la generación X en Melide

Por Natalia Noguerol

MELIDE

DESCONOCIDO

Ex alumnos y ex profesores del IES se reencontraron en el parque Rosalía de Castro para poner en valor el pulmón verde que gestaron hace 36 años con la plantación de veinticinco ejemplares

27 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Aristóteles es un ciprés de 36 años, el árbol con más porte de todos los que se abrazan en la zona verde del parque Rosalía de Castro, en Melide. El nombre del filósofo griego se lo puso Ana Anido, que cursaba tercero de BUP cuando el profesorado del IES de la localidad impulsó la plantación de lo que hoy es el gran pulmón verde del casco urbano en lo que, en otro tiempo, fue el patio del centro educativo. Ana es una de las exalumnas que se reunieron recientemente en el lugar para dar valor a una iniciativa que pone de relieve que «o IES é e foi un centro de vangarda, de referencia para a zona», defendió Xabier Garabal, director en su día, y uno de los ex profesores que asistieron al encuentro. «No imaginamos que estábamos dando vida a un parque que es símbolo de comunidad, de amistad, y de crecimiento y compromiso con el futuro», dijo Mónica Barral, de la primera generación de alumnos que participaron en la plantación. Realizada entre los años 1989 y 1994, se transformó en una arboleda con 25 ejemplares de diferentes especies, que ahora se identificaron, y de manera individual, como parte de una iniciativa —«Árbores con nome», le llamaron— que «é unha aspiración histórica do Equipo de Normalización Lingüística pioneiro en Galicia, o do IES de Melide», reivindicó Paco Veiga, que también fue docente en el centro educativo. Al igual que Xulio Pérez, uno de los profesores que se implicaron activamente en la plantación. Impartía Biología. Mónica Seijas lo recuerda como una excepción: «Ningún profe te quitaba para fóra a dar clase, e ningún profe falaba galego». Él, sí, y hace tres décadas, «nunca pensei en volver reunirnos aquí, senón en recoller os seus froitos, pero non os físicos, senón os metafísicos, os froitos da vida, da memoria de todos nós, que plantamos isto de boa fe, pensando no día de mañá». A Xulio le recompensó aceptar la invitación de la, dijo, «impetuosa» Marga Quintela al acto de memoria en el parque Rosalía de Castro. Ella, profesora en el IES melidense, fue quien movilizó la iniciativa, perenne ya en el recuerdo, y, para la posteridad, en una placa conmemorativa en la que se deja escrito que la arboleda germinó «grazas ao sangue novo da xente que percorría os corredores do Instituto de Bacharelato Mixto de Melide, e grazas ao empeño de xente que pensaba que educar é moito máis que ensinar», destacó la docente. Igual mensaje puso en valor la edila melidense de Cultura, Ana Mosteiro, que aplaudió la «magnífica» iniciativa, y la generosidad de la familia Pita, que donó los terrenos en lo que fuera el nabal del convento franciscano que hubo en Melide. Que la propiedad tuviese un uso educativo fue la condición de la dádiva. Se respetó en su día reciclando el viejo instituto como conservatorio y biblioteca, y, esta vez, recuperando como un aula abierta el parque, un espacio de recreo colectivo en el que también dejó su huella Genaro Sueiro, el conserje de la generación X.