A la parroquia de San Martiño de Oroso no le convence el nuevo cura: «Di que é un administrador e quitou misas»
OROSO

La asociación Os Castros pidió la mediación del Arzobispado, que apela al diálogo y resalta que no hay sacerdotes para tantas parroquias
14 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La parroquia de San Martiño de Oroso, la más antigua del municipio y que se quedó sin la capitalidad en favor de Sigüeiro, también está perdiendo peso religioso, ya que el nuevo cura, que se encarga de las cuatro parroquias de Oroso desde septiembre del año pasado, ha decidido recortar el número de misas dominicales y ha concentrado la preparación de la catequesis en Sigüeiro.
Estas decisiones, pero sobre todo la forma de entender las relaciones con el vecindario, han provocado una queja pública canalizada por la asociación Os Castros de Oroso, una entidad constituida hace años para gestionar todo lo que tiene que ver con la parroquia.
«Estamos vivindo unha situación co sacerdote que está afectando a toda a xente maior. Non intenta coñecer aos veciños e veciñas, nin dá oportunidade de coñecelo», afirma este colectivo, que considera muy significativo que el sacerdote se defina a sí mismo como «un administrador». En la parroquia comparten a pies juntillas esta autodefinición porque le echan en cara que no tenga en cuenta el elemento humano, en definitiva, que no sea «un párroco». «Quitou misas e a xente maior non pode ir ata Sigüeiro», añaden. Para explicar el sentir que se vive en San Martiño de Oroso recuerdan que el pasado febrero, una vez terminada la misa, el párroco les notificó, sin capacidad alguna de debate, que el templo quedaría cerrado desde la siguiente semana y que las misas se oficiarían en Sigüeiro o Deixebre, salvo en el caso de funerales, cabos de año y entierros, que sí se mantendrían en la iglesia de San Martiño. También les informó que aunque el templo quedase sin actividad sería necesario acometer mejoras en él.
Otro de los reproches vecinales es que la catequesis se prepare únicamente en la iglesia de Sigüeiro y que también cambiase las normas de este servicio, con un control de las asistencias y un máximo de ausencias permitidas. Ante el malestar en la parroquia, la asociación trasladó sus quejas al Arzobispado. Sin noticias de la Iglesia, los vecinos se reunieron con el cura «e coméntaselle que hai moita xente maior que non pode desprazarse a outras parroquias». También le pidieron que hiciese dos misas cada domingo para no cerrar la iglesia y que fuesen a las 11 horas y no a las 10. Afirman que no les respondió e hizo un calendario que les asigna un oficio el primer y el quinto domingo de cada mes a las 10 horas.
Ante las quejas vecinales, el Arzobispado confirmó que conocía la situación y señaló que el sacerdote está en proceso de adaptación en Oroso, por lo que buscarán consenso, sin olvidar que cada vez hay menos sacerdotes y estos deben atender las mismas parroquias.