Mario empezó a pedalear cuando apenas había coches en Rois y a sus 81 sigue disfrutando de la bici

Cuando Mario Alfonsín se subió por primera vez a una bici era un niño y por aquel entonces apenas había coches en Rois, cuenta: «Antes, o ibas a caballo o en bici. Era lo que había». Natural de la aldea de Salgueiros, en la parroquia de Augasantas, recuerda que aprendió a montar por su cuenta sobre un modelo de llantas de madera que era de su padre, quien tenía ganado y solía ir a las ferias en este medio de transporte. «Yo al principio me agarraba a la mesa del comedor e iba con la bici para adelante y para atrás. Luego, ya salía con ella a la eira de la casa. Como era muy grande para mí, me metía por el medio del cuadro para llegar al suelo». Desde entonces han pasado unas cuantas décadas, vivió el cambio de siglo, una pandemia y a sus 81 años (cumplidos el 20 de abril) sigue manteniendo su afición por el ciclismo.

Mario estuvo viviendo 53 años en el Bilbao, donde trabajaba como camionero (se prejubiló a los 62). «Allí hay mucho bidegorris [carril bici], igual que en Laredo, donde solíamos ir de vacaciones», explica Mario, quien arrastró también a sus dos hijas a montar y ahora también a sus nietos (de 7 y 3 años, el menor de ellos va con ruedines aún). Afincado en Padrón desde poco antes de la pandemia, es un habitual de las pistas de la comarca. «Salgo en bici todos los días que puedo, siempre que no llueva o haga mucho aire, y puedo hacer entre 25 o 30 kilómetros. Voy bastante por Lestrobe, Iria Flavia... nunca por la carretera general. Solo la cruzo porque ya me han pillado coches un par de veces. Por suerte, caí bien y se quedó en un susto. Tampoco me meto en el monte ni en subidas con mucha pendiente, aunque ahora con las bicis con cambio de piñones ya es otra cosa... Para eso Padrón es muy bueno, porque es una zona llana».

Le gusta ir solo, a su aire, y parar cuando le apetece. «Ir a mi bola», dice él. Aunque, añade, «me gusta muchísimo participar en el Día da Bicicleta de Rois y Padrón. Nos juntamos allí niños y mayores y es un día bonito». De hecho, participó con tres de sus familiares el pasado sábado en la marcha no competitiva celebrada en la capital del Sar y fue el ciclista más veterano que completó los 15 kilómetros de recorrido. Está convencido Mario, quien solo toma una pastilla al día (por un problema de próstata), que este deporte es lo que lo mantiene en un buen estado de salud: «Si me quedo en el sofá todo el día, olvídate... algo hay que hacer. Tengo dolor de columna y de rodillas, pero aunque me cuesta no quiero parar para que no se me atrofien los músculos». Eso sí, una ayuda tampoco le vendría mal y «ando a ver cómo podría hacerme con una bici eléctrica. ¿Conoces a alguien que me la quiera regalar?», suelta con picardía.

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