Caronte, el bonsay de Val do Dubra que estuvo tres veces al borde de la muerte y ahora triunfa en congresos nacionales
VAL DO DUBRA

Alberto Baleato, de Kingii Bonsai, recibió cuatro premios por un pino al que tiene especial cariño y lleva con él 17 años
05 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Hace un par de semanas regresó a Val do Dubra de Gandía Alberto Baleato, de Kingii Bonsai, con cuatro premios bajo el brazo obtenidos en el Congreso Nacional de la Asociación de Bonsay Española (ABE). Todos ellos fueron para uno de los pocos árboles que bautizó y al que tiene especial cariño, llamado Caronte. Se trata del primer bonsay que adquirió «un poco importante», dice, un pino sylvestris que lleva con él 17 años y que estuvo a punto de morir en tres ocasiones desde que lo tiene, pero consiguió recuperarse y convertirse en un ejemplar admirado por expertos.
Lo encontró en un viaje a Cataluña que realizó en el 2006. Pertenecía a una colección particular y llevaba solo un año recuperado. Esperó desde comienzos de año hasta agosto para poder trasladarlo a Galicia y lo trabajó con David Benavente para darle la estructura básica que tiene hoy en día. Casi no sobrevive a su primer invierno en Val do Dubra, ya que fueron unos meses muy húmedos y el ejemplar -que venía con barro de monte- se vino abajo. Perdió una rama y no estaba en condiciones de ser trasplantado, pero había que buscar una solución urgente para salvarlo y Baleato montó una caja de madera alrededor de la de poliespán que traía. Lo rellenó con grano grueso y ese verano no regó el árbol ni una sola vez. Se salvó así de su segundo coma vegetal. La tercera redención llegó cuando dos heridas por ambos lados del tronco hicieron que se quedase una vena demasiado estrecha como para alimentar toda la parte alta con la suficiente salvia. El experto en bonsáis cuenta que utilizó un producto que ensancha los vasos linfáticos de la planta, aplicado con el pincel, para rescatarlo.
Una de las particularidades de este artístico y premiado pino es su rara textura, la cantidad de heridas que tiene y de resina que exuda por ellas. «Hemos preguntado a expertos y hecho cantidad de analíticas, pero nadie ha sabido explicarlo, porque en realidad es un árbol vigoroso, con las agujas tersas y no podemos decir que esté enfermo», explica su propietario. Baleato constata que su Caronte le ha costado «tantas alegrías como disgustos y noches sin dormir». El nombre viene de la mitología griega, en la cual Caronte era el barquero que trasladaba las almas del mundo de los mortales al inframundo. Un viaje de ida y vuelta que este ejemplar hizo ya unas cuantas veces.