Al gato Mico le partieron la mandíbula en Santiago y todo apunta a una agresión: ahora sobrevive entre operaciones y su dueña pide ayuda

Andrés Vázquez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

El gato Mico durante las pocas horas que estuvo en su casa tras la primera operación.
El gato Mico durante las pocas horas que estuvo en su casa tras la primera operación. Cedida

El animal fue encontrado la tarde del día 25 ante su casa sangrando de manera intensa y Aranxa, su dueña, tira de sus ahorros para hacer frente a su recuperación, ya que está sin empleo. Ya ha puesto una denuncia ante la policía por lo ocurrido

01 jun 2023 . Actualizado a las 13:08 h.

La alarma se desató el pasado jueves 25 en el barrio de Santa Isabel, concretamente en la cuesta que sube hacia Monte Pío. Un lugar tranquilo de Santiago de Compostela en el que varios vecinos se encontraron con Mico, el gato de Aranxa, sangrando y prácticamente agonizando en una parcela de hierba. «Cando o atopamos tremía, respiraba con dificultade e tiña a boca esnaquizada, ata o punto de que non podíamos ver o que tiña do sangue que lle brotaba das feridas». La situación hoy se ha estabilizado, tras pasar el animal ya dos veces por el quirófano y permanecer durante días ingresado en un centro veterinario, donde todavía sigue.

«Levámolo ao veterinario e díxonos que lle romperan a mandíbula en dous, que era necesario operalo canto antes e que eses golpes non eran froito dunha caída ou dun atropelo, que aquilo fora intencionado». Mico pasó la noche del día 25 en la clínica veterinaria, para ser finalmente intervenido a primera hora de la mañana siguiente. Cuando volvió a casa, esa misma tarde, seguía con fuertes dolores y sin probar bocado, «o que nos motivou a levalo de novo ás urxencias veterinarias, onde aínda está».

No hizo falta más, esa misma noche, tras dejar a Mico en manos de los profesionales de nuevo, Aranxa se encaminó a la comisaría de la Policía Nacional para interponer una denuncia por lo ocurrido. «Todos os veterinarios que o viron, tamén o traumatólogo especialista que o operou, coinciden en que foi unha agresión intencionada e un caso de maltrato animal, polo que non podo deixar de pensar en que a persoa que case mata a Mico está na rúa e pódello volver a facer a calquera gato ou can en calquera momento».

Los días, desde ese segundo ingreso, pasan con incertidumbre para Aranxa. Puede ser que el gato necesite una segunda operación, pues sigue sin respirar bien ni mejorar en sus dolores. «Facéndolle probas o día 29 viron que, ademais da mandíbula partida, tiña varios traumatismos na cara e unha posible fractura no nariz. A maiores, parece ser que a primeira operación non saiu ben de todo e que a placa que lle puxeron non estaba cumplindo o seu cometido e non suxeitaba ben a mandíbula».

Mico descansando antes de que ocurriesen los hechos del pasado jueves.
Mico descansando antes de que ocurriesen los hechos del pasado jueves.

Aranxa pide ayuda. Su gato lleva ya casi una semana entre médicos y quirófanos por una presunta agresión de una persona, que casi lo deja sin vida. Todo ello mientras ella busca trabajo y carece de todo ingreso, lo que dificulta sus vías para darle al gato un correcto tratamiento. Y no solo eso, afirma tener miedo de que su calle, «tan tranquila dende sempre», se convierta en un lugar hostil para ella, sus vecinos o los animales que la transitan. Además de todo eso, la mata la incertidumbre, el no saber cómo evolucionará su mascota ni si necesitará tener que seguir recurriendo a sus ahorros para atenderlo, que también son limitados.

Violencia recurrente contra los animales

No hace más que un mes y medio aparecía un gato ahorcado en el barrio de Vite, una demostración de crueldad asesina contra un animal perpetrada sin duda por la mano del ser humano. Además, esta es una zona relativamente cercana a la del presunto ataque contra Mico, el gato de Aranxa. En aquel caso, la asociación por la protección animal Argo se hizo cargo de publicar y denunciar lo ocurrido ante el Concello, al que solicitó medidas ante situaciones como estas.

No solo eso, Argo inició también una campaña de recogida de firmas en la plataforma digital Change.org con el fin de llamar la atención sobre el caso y llamar a la acción a las instituciones. A día de hoy, la petición roza las 50.000 firmas y todavía es posible seguir aportando rúbricas, que constan de un correo electrónico de registro y un par de datos más.