Directos de la Conchi al Monte do Gozo: los universitarios de Santiago no se pierden O Son do Camiño aunque estén en exámenes

LA VOZ SANTIAGO / LA VOZ

VIVIR SANTIAGO

Grupo de personas en la pasada edición de O Son do Camiño.
Grupo de personas en la pasada edición de O Son do Camiño. Sandra Alonso

Desde cambiar fechas de finales hasta pasar mañana y noche en la biblioteca para compensar las horas que pasarán en el festival. Ellos han hecho malabares para que las tardes de hoy y de mañana queden «libres de USC». «Tengo en 'runrún' en la cabeza de que debería de estar estudiando en vez de en el festival, pero considero que me he organizado bien para hacer ambas cosas», dicen

30 may 2024 . Actualizado a las 09:08 h.

La distancia que separa la biblioteca Concepción Arenal y el Monte do Gozo, unos cinco kilómetros por carretera, se recorre cogiendo la línea de autobuses número 6 en la Rúa da Rosa. También caminando hasta la Intermodal, a unos diez minutos, y esperando por una de las lanzaderas que salen desde allí. Desde hoy hasta el sábado, esta será la ruta que repetirán algunos de los estudiantes de Santiago que, inmersos en el período de exámenes del segundo cuatrimestre, se niegan a perderse O Son do Camiño.

Con los apuntes en la mochila y la pulsera de entrada anudada en la muñeca —se podía recoger los días anteriores en un puesto de As Cancelas—, pasean por el campus sur universitario. «Está bien, porque estudias por la mañana y a la tarde descansas», dice Daniel, de 20 años, a las puertas de la Conchi. Han hecho malabares para tener el día de hoy, el de mañana y el sábado despejados. Cambiar exámenes de día, reorganizar graduaciones y jornadas de estudio intensivas: ellos, cueste lo que cueste, no se pierden el festival.

En Xornalismo, por ejemplo, duplicaron el día de una prueba final para que no les coincidiera con O Son do Camiño. Estaba prevista para el viernes, segundo día de conciertos, pero ante la insistencia de los alumnos, que en su mayoría iban a subir hasta el Monte do Gozo, se marcó una primera fecha esta misma mañana, antes de que comenzara el festival. «Le explicamos abiertamente al profesor el motivo por el que era. Nos llevamos bien con él y le dijimos que si nos lo podía cambiar, que casi todos queríamos ir al Son. Nos dijo que no pasaba nada y nos dio las dos opciones», cuenta una de las alumnas. Cambiar directamente el examen de día no era posible «por si acaso alguien no se enteraba», así que simplemente añadieron una fecha anterior, de manera que cada uno pudiera elegir a cual iba. Cuenta que fue fácil ponerse de acuerdo porque en la clase son pocos, unos 15 o 20 alumnos

Sobre los cambios de fecha, desde la USC explican que no les consta ninguna incidencia al respecto. Los exámenes finales están marcados desde hace tiempo y, mirando los registros que lleva la universidad, algunos coinciden tanto el 30 como el 31 de mayo. Algunos de ellos son a la mañana, lo que deja el resto del día libre para subir hasta el Monte do Gozo. Otros, sin embargo, coinciden con los primeros conciertos de la tarde. «En cierto modo, me influye. Tengo en runrún en la cabeza de que debería de estar estudiando en vez de en O Son do Camiño, pero considero que me he organizado bien para hacer ambas cosas. Si no tuviese el festival, estos días no hubiera estudiado tanto como lo estoy haciendo», cuenta Beatriz García, en último curso de Filoloxía Inglesa. 

Tiene un examen de recuperación el día 11 a mayores del TFG. Por eso el lunes, el martes, el miércoles y el propio jueves por la mañana estudió todo lo que le fue posible, unas jornadas intensivas que, de no ser por el festival, no habría hecho. «Durante el Son estudiaré en las horas que tenga libres, antes de subir», dice. De la Conchi, directa al Monte do Gozo previo paso por casa «para arreglarme un poco». Los universitarios no son los únicos que tienen exámenes en estas fechas. Los que acaban de terminar el bachillerato tienen marcada la semana que viene las pruebas de selectividad y los opositores a educación también comenzaron su recta final. No obstante, organizando el tiempo, todo es posible. Si no, que se lo digan a estos universitarios.