Caos en un vuelo hacia Santiago después de que un supuesto diplomático de la ONU tuviese que ser desalojado a la fuerza
VIVIR SANTIAGO

Pasajeros del avión, que partió de Lanzarote, relatan en redes lo vivido a bordo. El pasajero habría solicitado sentarse en filas preferentes, pero se negó a mostrar la tarjeta de embarque. El comandante de Ryanair decidió expulsarlo
19 mar 2025 . Actualizado a las 20:43 h.«Menudo mal trago», «mal rato» o «tensión». Estos son solo algunos de los calificativos con que los pasajeros del vuelo de Ryanair que cubría la ruta Lanzarote-Santiago del pasado viernes por la tarde resumen lo vivido a bordo.
Antes del despegue, que tuvo lugar en el aeropuerto César Manrique de Lanzarote, y según recogen distintos medios canarios, un pasajero que aseguraba ser un diplomático de la ONU habría solicitado que se le reubicase en filas delanteras. Mientras crecía la tensión, miembros de la tripulación habrían pedido que les mostrase su tarjeta de embarque, para confirmar el asiento asignado, pero el pasajero se habría negado ya que, según relatan los presentes, aseguró que no tenía obligación de hacerlo.
Una pasajera relató así en Facebook lo vivido: «Las azafatas le pidieron que se identificara para ver en qué lugar tenía que ir y él decía que el billete lo tenía su amiga, y que él no sabía su sitio. La azafata le pidió entonces que por favor se pusiera en contacto con su amiga, pero él no hacía caso. Al final consiguieron que se levantara de la fila 1 para ir al que podría ser su sitio. Pero él se situó junto a la salida de emergencia, un lugar en el que no puedes llevar nada en la mano durante el despegue. Él llevaba un portátil y la azafata le pidió que lo guardara y que se fuera a su sitio. Al rato, subió al avión un chico del aeropuerto y le comentó a las azafatas que había un billete que no se había escaneado bien. Era una persona de la fila 26. Allí no había nadie, por lo que debieron deducir que era esta persona. Ese chico le pidió que le enseñara la documentación, pero él no quería y pedía que fuera el piloto a hablar con él. Por megafonía se dijo sobre las 19.10 horas que el vuelo estaba listo, pero que no podía salir por esta persona».
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El comandante del avión habría tomado la decisión de no permitirle volar en ese avión. Pero, pese a la petición de los miembros de la tripulación, el pasajero se negaba a abandonar la aeronave. Finalmente, se reclamó la presencia de agentes de la Guardia Civil, que lo desalojaron a la fuerza.
Tras el incidente, el avión despegó de Lanzarote aterrizando en Santiago, en el aeropuerto Rosalía de Castro, con 45 minutos de retraso, en torno a las 23.45 horas.