De bufé en bufé: un día en Santiago comiendo sin límites desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde
VIVIR SANTIAGO

Los bufés libres arrasan allá por donde pasan. En Compostela los hay para el desayuno, para la comida y para la cena. A continuación, una guía para disfrutar de la comida sin límite de platos
27 abr 2025 . Actualizado a las 10:59 h.Los bufés libres causan furor y los compostelanos se han rendido a ellos. Comer sin límite y por un precio cerrado es una opción atractiva para aquellos que piensan que una buena comilona debe de llenar bien los estómagos. La idea de una larga barra donde no tener que elegir entre los platos encandila y despierta la curiosidad. En los últimos meses, unas cuantas opciones se han sumado, con éxito rotundo, a la oferta de la ciudad. Las redes sociales se han volcado con ellos y algunos de los establecimientos, convertidos ya en tendencia, recomiendan reservar. Lo cierto es que, si uno se lo propone, en Santiago existe la posibilidad de comer de bufé en bufé de ocho de la mañana a ocho de la tarde. Desayuno, comida, merienda y cena a un precio asequible y, sobre todo, sin límites.
La primera parada en la ruta está en el casco histórico. En la Rúa Entremurallas se sitúa Mapoula, una pensión familiar en la que cualquiera se puede poner las botas entre las ocho y las diez y media de la mañana. Es un desayuno, no un brunch, y de ahí vienen los horarios. La buena acogida les llevó a abrirlo al público general. Desde marzo, por el económico precio de nueve euros, cualquiera puede disfrutarlo durante los días de semana y de fin de semana. Triunfa tanto la parte salada, con huevos, panes artesanos, salchichas o embutidos, como la dulce, en la que la joya de la corona es la repostería casera. Para acompañar hay zumo natural, frutas variadas y el obligatorio café o té para empezar el día con energía. Lo suyo sería un desayuno completo y contundente, también apto para intolerancias al gluten y a la lactosa, que llena hasta la siguiente parada en la ruta de los bufés, que es la del mediodía.
Al mediodía, las opciones se diversifican. En la Rúa do Hórreo está Sushi Fafa, un bufé oriental con trayectoria en el que, entre semana, se come sin límites por 16,90 euros. Para las cenas y durante los fines de semana, la cuenta asciende hasta los 21,90 euros. La carta, de más de cien platos, se compone, entre otras elaboraciones, se sashimi, makis, nighiris y otras tantas recetas propias de la gastronomía china y japonesa. A diferencia de otros bufés, las platos no se exponen en una vitrina. Para que conserven la frescura, los preparan en el momento, cuando uno los pide. Eso sí, cuidado con no pasarse. Penalizan por cada pieza que se deje en el plato. Comida ilimitada, sí. Desperdicio, no.
Siguiendo por la comida oriental, una de las últimas incorporaciones al panorama gastronómico de Santiago que no ha pasado desapercibida en las redes es la nueva barbacoa coreana de la calle Frei Rosendo Salvado. Primero, por el atractivo de que sea el propio cliente quien cocine su comida en las mesas, equipadas con una parrilla y una especie de campana extractora. Aunque cuenta con una carta de platos ya preparados, atrae el hecho de que cada uno pueda cocinar a su gusto en la barbacoa una selección de carnes y de verduras típicas de la cocina coreana. Lo segundo es que es un bufé libre. A un precio de 19,90 por los mediodías de la semana y de 24,50 en noche y en fin de semana, la comida es ilimitada, para repetir las veces que uno quiera.
La merienda y la cena van de la mano en el mundo de los bufés libres. Desde hace unos meses el Sicilia un Bocca, uno de los grandes embajadores de la comida italiana en Galicia, triunfa con su apericena, un hábito que se podría definir en castellano como la típica merienda-cena. Por las cantidades, no es para menos. Servida como un bufé libre, disponen de la opción de miércoles a domingo entre las seis y las ocho de la tarde. Se trata de dos horas en las que el cliente podrá disfrutar, por seis euros, de bebida con o sin alcohol y de una carta completa de platos sicilianos tanto dulces como salados. Arancini, calzone, mini pizzetas, sfincione, cannolis, profiteroles o babás son algunas de las opciones que transportan los sabores más típicos de Italia hasta sus locales en Santiago de Compostela.
En este bufé, al igual que en los otros mencionados con anterioridad, el plato se puede llenar todas las veces que uno quiera y la abundancia es la norma. Comer sin límites es posible en Santiago entre las ocho de la mañana y las ocho de la tarde, doce horas en las que las opciones fluctúan entre los desayunos completos, los platos orientales más desconocidos y los sabores de Italia. Y tú, ¿serías capaz de completar la ruta de la comida sin tope?