Lucía combate la nostalgia por su época universitaria en Santiago con vídeos sobre las discotecas que la marcaron: «Ver el cartel de "se vende" en el Vía 13 me dio una pena enorme»
VIVIR SANTIAGO
Bajo el usuario de @nosinmiszapas comparte en redes cachitos del pasado fiestero: «Hay gente que me escribe para decirme que sus padres se conocieron ahí (...) Me da pena que la movida haya muerto un poquito»
11 may 2025 . Actualizado a las 19:22 h.Las redes sociales de Lucía son, como ella misma puntualiza con orgullo, un hervidero de nostalgia «pura y dura». Desde hace seis meses, cuelga cachitos de su pasado como universitaria en Santiago bajo el nombre de @nosinmiszapas en sus perfiles de Instagram y de TikTok. La morriña fue lo que hizo que esta pontevedresa afincada en A Coruña diera el paso de rescatar, a través de una serie de vídeos, los locales que marcaron a toda una generación de millenials que miran con cariño hacia su juventud. «Estuve cinco años trabajando fuera, en el País Vasco. Cuando volví, quise abrir una cuenta para enseñar Galicia. Lo primero que colgué fue una publicación sobre Pachá, en A Coruña, y a la gente le gustó muchísimo», recuerda. Ahora dedica el tiempo libre de sus fines de semana a recorrer las salas de fiesta que, ya cerradas, siguen despertando pasiones.
«Empecé con las de A Coruña, porque es donde vivo, pero a mí las que me gustan son las de Santiago, donde pasé mi época universitaria. Me encantaba Vía 13 e iba mucho a Liberty, al Retablo y a Apolo», recuerda Lucía, que asegura que todos los que llegan a su perfil comulgan con su nostalgia. Hasta ahora cuenta con unos 15 vídeos publicados en su serie de discotecas, cada uno con más éxito que el anterior. Para elegirlas atiende a las sugerencias de sus seguidores, que ya se cuentan en miles. Ella lo achaca a lo universal, amplio y añorado que es el concepto de sala que se estilaba en su época: «Son una parte de nuestra juventud. Igual que me pasa a mí, Santiago recuerda a la época universitaria y por eso creo que gusta tanto. A las discotecas no solo ibas a salir de fiesta. Las ves y empiezas a recordar batallitas de todo tipo. Hay gente que me escribe para contarme que sus padres se conocieron en alguna de las salas que grabo».
En uno de sus últimos vídeos, Lucía habla de la discoteca Ruta. Durante los 50 años que estuvo abierta —hasta el 2023— albergó a generaciones y generaciones de estudiantes que llenaban su interior un jueves tras otro. La que fue un icono de la música alternativa, con banda sonora proporcionada por grupos como Nirvana, se convirtió con el tiempo en uno de los pilares de los sonidos urbanos y latinos en Santiago, con una planta baja recordada, en su última época, como un templo para los amantes del techno. Los que la pillaron al principio, no vivieron esto último. Para los más jóvenes, sin embargo, resulta inimaginable que en el mítico local de la Rúa de Curros Enríquez pudieran sonar canciones de Vetusta Morla. Testigo de los cambios, Lucía asegura que es una de las discotecas que más le han pedido. Puede que sea por el largo período de tiempo que se mantuvo en activo: ¿cuántos estudiantes, ahora nostálgicos, han podido llegar a pisar su suelo en algún momento de su estancia en la ciudad?
«Recuerdan a los DJs y la música alternativa que ponían. A mí no me gustaba mucho y la verdad es que no la pisé demasiado», admite Lucía. Aún así, estaba en su ruta habitual. «En Santiago había un recorrido. Primero pasabas por la zona vieja, por el Retablo y demás. Luego, dependiendo de lo que te gustara, entrabas en un sitio o en otro. Si te gustaba bailar, estaba Guayaba. También tenías Liberty, Apolo, Maycar (la única en activo de todas las que menciona) o Ruta. Me da pena que la movida haya muerto un poquito», continúa. No cree que esas rutas kilométricas de la noche se sigan haciendo hoy en día. Algunas de las últimas noticias publicadas en La Voz lo confirman. Desde hace unos meses, los universitarios han encontrado en las salas del área metropolitana, como Chanteclair y Dona Dana, un lugar ideal para convertir sus fiestas más especiales en eventos macro. Pasa lo mismo con la Pelícano, en A Coruña, que este curso ha albergado algunas de las noches más importantes para los estudiantes de la USC, como los prefindes o las celebraciones por el fin de los exámenes.
«Yo veo eso y pienso: "¡Lo que te estás perdiendo!". En Santiago había muy buen ambiente y por eso los vídeos remueven a la gente. Les hacen recordar viejos tiempos», continúa la creadora, que no se olvida de las excursiones de los fines de semana a las salas de los alrededores, «una ley no escrita». Los jueves eran de Compostela, pero los sábados eran para localidades como Vilalba, Santa Comba u Ordes, con la LP45, referente de la electrónica en la década de los 90 y en los principios de los 2000, como principal atracción.
Con el tiempo, muchas de las discotecas mencionadas por Lucía han ido cerrando sus puertas. «Me da mucha pena ver que Liberty —que luego fue Facultad y ahora es Circus— ya no funciona y ver el cartel de "se vende" en el Vía 13 me dio una pena enorme», recuerda, en referencia al local de Ramón Cabanillas que ahora ocupa el pub Matrix. Ahora, tiene pensado continuar con la ruta y sacar vídeos de las discotecas de la ciudad que aún le quedan por explorar. Con Lucía, Instagram es también un lugar para compartir la nostalgia por un pasado ligado a la movida de Santiago.