Roi Méndez cambia salas por salones en una gira con la que recorre las casas de sus seguidores: «Mola tener tu pequeño grupito en cada ciudad»

CARMEN NOVO SANTIAGO / LA VOZ

VIVIR SANTIAGO

Si los asistentes piden otra canción, Roi la interpreta. Los conciertos de la gira en las casas de sus seguidores son para romper esa barrera entre artista y espectador. En en Santiago, Lucía y otras amigas se animaron a cantar con él.
Si los asistentes piden otra canción, Roi la interpreta. Los conciertos de la gira en las casas de sus seguidores son para romper esa barrera entre artista y espectador. En en Santiago, Lucía y otras amigas se animaron a cantar con él. CEDIDA

El músico estrena proyecto, R01, en los hogares de sus fans

11 jun 2025 . Actualizado a las 11:40 h.

En el barrio de Conxo, en Santiago, hay una casa que este fin de semana se convirtió en una improvisada sala de conciertos. Es la de la familia de Lucía Pérez, una compostelana que se animó a probar suerte en el sorteo que lanzaba Roi Méndez a través de su perfil de Instagram. La convocatoria era abierta. El músico buscaba, entre los hogares de sus seguidores, los diez escenarios que articularían su nueva gira. Ella completó el formulario y le envió unas cuántas fotografías para que viera las estancias. «Nos lo curramos un poco», recuerda Lucía. El esfuerzo tuvo su recompensa y la casa del barrio de Conxo fue elegida como la primera parada de un tour simbólico con el que el Méndez, convertido en el alter ego de R01, cambia salas por salones en un intento de reconectar con los escenarios.

Roi estrena proyecto, R01, que se lee como el nombre de un robot. Lo presenta a través de la figura de un muñeco de plástico que se parece a él, pero que es «mucho más ordenado, coherente y menos impulsivo». Tiene sus colores especiales —que son el verde, el azul, el rosa y el amarillo— como símbolo de una propuesta que está, en sus palabras, «más definida». A R01 le ha creado un perfil nuevo en las redes sociales y otro en las plataformas de streaming. El disco que trae bajo el brazo y del que ya hay fuera un adelanto se colgará en estas cuentas. «Sin renegar de los pasos que me han llevado hasta aquí, necesitaba sentir que me separaba de todo lo anterior. Quería que lo nuevo llegara bajo un nombre más pensado, porque cambia bastante el concepto de lo que estaba haciendo hasta ahora», reflexiona Méndez. 

Imagen del concierto de Roi Méndez en Conxo, el primero de una gira con la que recorrerá los salones de algunas de las casas de sus seguidores.
Imagen del concierto de Roi Méndez en Conxo, el primero de una gira con la que recorrerá los salones de algunas de las casas de sus seguidores.

Con su equipo decidió que este año no iba a girar por salas. El tour se lo guarda para el 2026, cuando sale el álbum al completo, pero cuenta que el tiempo que lleva alejado de los escenarios le estaba pasando factura. Recuerda la época de las orquestas, antes de entrar en Operación Triunfo, y lo acostumbrado que estaba a actuar día tras día. «Yo llevaba mucho sin tocar y me sentía desconectado de los escenarios. Sentía incluso que perdía las tablas. Había que buscar una forma para que pudiera salir a tocar, aunque fuera de una manera distinta. Ahí fue cuando empezamos a desvariar», recuerda el músico. De esas conversaciones surgió la idea de cambiar las salas por los salones de las casas de sus fans. 

Lanzó un anuncio a través de su perfil de Instagram en el que desarrollaba el planteamiento de la gira. Buscaba abiertamente casas en las diez ciudades en las que tenía pensado parar. En la publicación comentaron unas 500 personas y, de esas, alrededor de cien llegaron a formalizar el formulario. Pedía fotografías de la casa y que las personas que vivían ahí le contaran un poco más sobre ellos. «Hicimos una preselección y, después, un sorteo», cuenta Roi, que admite haber tenido ciertas dudas con el formato. Cuando las casas estuvieron cerradas anunciaron la gira con un cartel, aunque la idea para los conciertos es que fueran a puerta cerrada. Los miembros de la casa, desconocidos para el músico, decidían a quién invitar, desfigurando la línea que separa en una sala al artista de su público. «Era raro, porque no sabías cómo iba a ser nadie. Lo más complejo es no conocer a la persona. Los nervios los tengo yo, porque no se a dónde voy, y la gente de la casa, porque me quieren recibir bien y quieren que esté a gusto», reflexiona el músico. 

Como coincidió a la hora de la merienda y de la cena, Lucía preparó un picoteo para el concierto de Roi. Decoraron la estancia y, al terminar de tocar, se quedaron juntos durante un rato más jugando a juegos de mesa.
Como coincidió a la hora de la merienda y de la cena, Lucía preparó un picoteo para el concierto de Roi. Decoraron la estancia y, al terminar de tocar, se quedaron juntos durante un rato más jugando a juegos de mesa.

La primera fecha de la gira era la de casa de Lucía, que, casualmente, quedaba cerca de la suya. Cuenta que llamó al timbre solo, pero que en seguida se pudo deshacer de esas piedras que cargaba. Tanto a Lucía como a su hermana les gusta preparar eventos para sus familiares y amigos. En la casa de Conxo han organizado ya algún scape rooom y alguna tarde temática de terror, que son las fiestas que más les gustan. Decoraron el espacio y prepararon un picoteo con tortilla, empanada, snacks y fruta, porque la hora de inicio coincidía con la merienda y con la cena. Invitaron a 18 personas y a cada una le imprimieron una entrada personalizada con los colores del nuevo proyecto de R01. La idea era que él las firmara y que se las llevaran como recuerdo. Los detalles que pensaron Lucía y su hermana no se quedan ahí. De la noche de Halloween guardaban el juego de luces con el que decoraron la fachada de la casa y decidieron aprovecharlo de una manera muy especial. Las programaron para que se encendieran y se apagaran al ritmo de la única canción de R01 que ya está en plataformas, Perfecto desastre. También le dejaron al artista su equipo de música, uno que Lucía, enamorada de la música, le regaló a su hermana para montar «conciertillos caseros» en las comidas familiares. 

«La idea era que empezara a las ocho y que terminara a las nueve, pero en esa casa estuve hasta la una de la mañana», recuerda Roi Méndez. Si le piden otra canción, la canta. Si alguno de los asistentes quiere probar a hacerlo con él, también. Al terminar el concierto en Conxo jugaron a juegos. Él propuso el infiltrado, el lobo y un juego de encadenar palabras. La idea era justo esa: «Quería conocer a mi público y que ellos me pudieran conocer a mí más allá de lo que vean por las redes. Una relación de tú a tú», explica el músico.

Para los conciertos caseros no cobra entradas. Tampoco tiene una infraestructura económica que lo respalde. «Al final, esto solo da gastos. Yo me pago la gasolina y el hospedaje si me tengo que quedar, pero es una cosa que me nace porque me apetece tocar. La gente lo agradece mucho y yo me quedo con eso», indica. Él actúa solo y casa casa la prepara a su manera. Depende de lo que pueda molestar a los vecinos, del espacio y de las infraestructuras con las que cuente. «Es algo bastante íntimo. En general, se trata de contar la historia de las canciones, de ir un poco más allá y de que la gente pueda escuchar algo que aún no salió», explica. Que la primera parada en Santiago y la segunda en Vigo hayan salido bien lo tranquiliza con respecto a las siguiente, para las que ya saldrá de Galicia: «En la gran mayoría de estas ciudades es a dónde voy a ir a tocar el año que viene. Mola ya tener tu pequeño grupito en cada una».