La original idea de unos estudiantes de la USC para pedirle a un profesor que sea su padrino de graduación: «Fue una encerrona en toda regla»

C. N. SANTIAGO / LA VOZ

VIVIR SANTIAGO

Carlos Resua, en el centro, junto a los alumnos de Óptica que lo eligieron como padrino de graduación. La foto fue tomada después de haberle gastado la broma.
Carlos Resua, en el centro, junto a los alumnos de Óptica que lo eligieron como padrino de graduación. La foto fue tomada después de haberle gastado la broma. CEDIDA

Los alumnos de cuarto de Óptica y Optometría le gastaron una broma a Carlos García Resúa que ahora es viral: «Fue pasar de un mal rollo impresionante, porque en teoría me habían destrozado el coche, a una alegría enorme»

04 oct 2025 . Actualizado a las 10:26 h.

A la promoción 2022-2026 de Óptica y Optometría de la USC no le valía con comunicarle por correo a Carlos García Resúa, uno de sus profesores, que lo habían elegido como padrino de graduación. Les dio clase en segundo y en tercero de carrera y nunca perdió el contacto con ellos. «Siempre fue muy cercano y nos ayudó mucho. Puedes pasarte por su despacho en cualquier momento, que va a sacar un segundo para hablar contigo. Por eso queríamos hacer algo especial, porque él se lo merece», explica Miriam Rouco, una de las alumnas que orquestó la sorpresa. El cariño que demuestran los estudiantes por su profesor se da también a la inversa: «Es una promoción muy buena y yo estoy muy contento y agradecido», asegura Resúa, ligado a la facultad desde el 2001. Sin embargo, el momento que protagonizó esta semana —y que ya es viral en las redes— no se lo esperaba de ninguna manera. 

Esa mañana asignaban en el salón de actos los trabajos de fin de grado. Como estaban presentes todos los de la promoción, pensaron que era el momento perfecto para comunicarle la decisión a su profesor. Compincharon al vicedecano de la facultad, que se encontraba con él, y a la secretaria del decanato, que entró en la sala cuando ya estaba terminando el acto —y casi todos los alumnos estaban ya fuera— para comunicarle que habían chocado contra su coche, aparcado fuera, y que tenía que salir para dar parte al seguro. «Me dijo que estaba totalmente destrozado. Lo hizo tan bien que me la creí. Miré al vicedecano, que ahora se que estaba compinchado, y me dijo que ya se quedaba él con los que quedaban allí. Yo me puse nervioso, me levanté y eché a correr», recuerda Carlos Resúa.

El plan estaba tan bien pensado que, mientras cruzaba la facultad, se iba encontrando con compañeros que le confirmaban lo destrozado que había quedado su coche. «Cuadró muy bien, porque se va a rodar una serie en las instalaciones y hay mucho movimiento. Él pensó que habían sido los camiones», explica Miriam Rouco. El profesor incluso pasó por el despacho para coger las llaves, pero, cuando salió, se dio cuenta de la broma. Lo esperaban todos sus alumnos con un ramo de flores y una cartulina en la que ponía: «¿Quieres ser nuestro padrino?». 

«Fue una encerrona en toda regla. Fue pasar de un mal rollo impresionante, porque en teoría me habían destrozado el coche, a una alegría enorme. Es un orgullo que te elijan de esta manera. Me caí al suelo porque no podía asimilar todo. Lo hicieron muy bien y fue totalmente inesperado», explica Carlos Resúa, que respondió a la propuesta de sus alumnos con un «sí» rotundo. El resultado de este momento, que los alumnos grabaron desde el principio hasta el fin, fue un vídeo que ya es viral en las redes. A Carlos, que lo vio, le preguntaron si le importaba que lo colgaran en Instagram. Él les dio el visto bueno, pero nunca pensó que se pudiera llegar a compartir tanto. Ahora no le paran de llegar mensajes de WhatsApp felicitándolo. 

Carlos Resua posa con la pancarta y con el ramo de flores que le dieron sus alumnos de Óptica en la USC.
Carlos Resua posa con la pancarta y con el ramo de flores que le dieron sus alumnos de Óptica en la USC.

«Nosotros no nos esperábamos que el vídeo hiciera tanta gracia. No sabíamos que se iba a echar a correr por todo el pasillo», recuerda Miriam Rouco. Nunca pensaron que la broma le pudiera llegar a sentar mal. Lo comentaron con otros profesores y el vídeo también habla por sí solo. «Nos decían que se iba a cabrear muchísimo cuando le dijeran lo del coche, pero que cuando nos viera fuera se iba a emocionar». Y así fue: «A mí esto me recarga las pilas, porque dices: "Mira, por lo menos estoy haciendo algo bien si ellos están contentos". Te satisface para seguir trabajando en esto». 

La graduación no es hasta junio, pero ellos ya han elegido en octubre a su padrino. «Ya lo teníamos claro», explica Miriam, que asegura que fue una decisión en la que todos estuvieron de acuerdo. «Cuesta encontrar a profesores así. No se si pasará en otras facultades, pero la mayoría de profesores que tenemos nosotros son así de implicados», sentencia la joven. Ahora, a preparar todo para el gran día. «Si esto ya fue así... La graduación la temo, pero en positivo», bromea Resúa.