Unax Ugalde: «Las series diarias tienen un ritmo diabólico»

Julián Alía MADRID / COLPISA

PLATA O PLOMO

Manuel Fiestas

El actor se une al reparto de «Amar es para siempre», que acaba de estrenar su novena temporada, y donde recupera su faceta de sacerdote

21 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Unax Ugalde (Vitoria, Alava, 41 años) vuelve a vestirse de sacerdote. Esta vez, el actor vasco lo hace en Amar es para siempre (16.30 horas en Antena 3), la serie diaria más vista de la televisión (casi 1,3 millones de espectadores). En esta novena temporada, Ugalde se incorpora a la ficción que lleva cerca de 1.900 capítulos y lo compagina con su presencia en La Valla, en la misma cadena.

-¿Cómo se produjo su llegada a «Amar es para siempre»?

-Hice casting. Estaban buscando un sacerdote, me dijeron que hiciera una prueba, la mandé, y me dieron el okey.

-¿Le resultó fácil?

-Hice una película hace más de diez años que se llamaba La buena nueva, en la que ya interpreté a un sacerdote. De hecho, me dieron el premio a Mejor Actor de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, y, dentro de mi carrera, es uno de los personajes que, por suerte, más tiempo tuve para preparar, que con más cariño lo hice, y de los que más satisfecho me quedé. Creo que el casting de Amar es para siempre no tenía ni idea de ese trabajo, pero yo me sentía ya bastante preparado para hacer de sacerdote, porque en aquel momento tuve la oportunidad de trabajarlo, aunque en aquella película era el antiguo concilio y hablaba en latín. Ahora hago las misas en castellano, que es bastante más sencillo (risas).

-¿Cómo ha sido el cambio de rodar una serie de «prime-time» como «La Valla» a una diaria?

-Es muy diferente. Tampoco sabría decir cuál es más duro, porque una serie diaria es un plató y trabajamos con horario fijo, y eso te da muchísimas comodidades, aunque con un ritmo de rodaje completamente distinto. Es menos cinematográfico y más televisivo al uso, pero igual de complejo y de gratificante para el actor. Al día, puedes grabar de tres a seis secuencias de cinco páginas, y para eso tienes que estar muy despierto, porque apenas puede haber dos tomas para cada escena. Las series diarias tienen un ritmo diabólico. Es vertiginoso, y hay que saber aguantarlo, porque exige muchísimo de ti mismo.

-Y con las nuevas medidas de seguridad.

-Sí, y restan mucho tiempo y energía a todo el equipo. Todo el mundo va protegido, y hay unos protocolos que retardan un poquito más la grabación. Todos los actores tenemos camerinos individuales, el maquillaje lo llevamos todo el rato con nosotros, no lo compartimos con nadie, no puede haber botellas de agua sueltas por el plató. Hay un montón de medidas que se están tomando para prevenir y poder seguir adelante.

-¿Da vértigo llegar en la novena temporada?

-Tengo que decir que el equipo de la serie es maravilloso, desde el primero hasta el último. Me han abrazado y ya me siento parte de la familia. Es un placer cada día ir a trabajar ahí, porque es un reloj que funciona a la perfección, pero también un tren que va a mucha velocidad, y los que entramos nuevos tenemos que correr al paso y subirnos. Siempre en mi carrera he ido buscando retos, y he vuelto a encontrar uno.

-¿Qué otros retos le gustaría afrontar?

-Sinceramente, me gustaría volver a tener una carrera en el cine. Este país es de los pocos que te permite tener dos carreras, como en la universidad, y hace varios años que no recibo ofertas en cine, y me gustaría volver a meter la cabeza, que es el medio que más me gusta y donde mejor he funcionado. Sé que está pasando un momento difícil, pero me gustaría volver a leer algún guion de cine y rodar de nuevo.

-¿Estuvo pendiente del estreno de «La Valla», que lideró la audiencia de la noche del jueves?

-Sí, sí, claro. Tenemos un chat compartido. Llevábamos un año esperando este estreno, así que fue un día muy importante para nosotros. Ha sido una alegría para todos que nos acompañasen tantísimos espectadores (casi dos millones), aun sabiendo que hay mucha gente que ya la había podido ver en Atresplayer Premium.