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Naufragio del Argos Georgia: el mar tiró en dos ocasiones a los supervivientes de la balsa en la que permanecieron 20 horas

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

cedida

Los 14 supervivientes y los 9 muertos están en tierra y serán repatriados este fin de semana

27 jul 2024 . Actualizado a las 14:09 h.

Salvo los cuatro desaparecidos —entre los que se encuentran el noiés Antonio Barreiro y el ribeirense Juan Antonio García Rey—, los tripulantes del Argos Georgia, el palangrero anglo-noruego que se hundió el pasado día 22 a 170 millas de las islas Malvinas, están ya en tierra firme. Unos, catorce, con vida. Otros, nueve, sin ella. Las víctimas y el último de los supervivientes llegaron a bordo de los pesqueros Robin M. Lee, de capital gallego, y el chileno Puerto Toro, que el jueves por la tarde (hora española) atracaban en Puerto Stanley, con un muerto y un superviviente indonesio, el primero; y con ocho cuerpos a bordo, el de Chile. Los otros 13 tripulantes que han sobrevivido al naufragio, (entre ellos seis españoles, de los que cuatro son gallegos), habían llegado ya el miércoles por la noche a bordo de la patrullera malvinense Lilibet y nada más desembarcar ingresaron en el Hospital King Edward VII Memorial, donde recibieron atención médica y pasaron la noche. Ayer fueron dados de alta y se alojaron en un hotel en la capital.

Se encuentran bien. Físicamente. Anímica y psicológicamente es cuestión aparte. Magulladuras y golpes en el cuerpo; heridas atroces en el alma. Lesiones emocionales que los médicos tratan de curar con tranquilizantes. Calmantes que ayuden a los náufragos a salir del estado de shock y superar la angustia de haber pasado 20 horas a bordo de una balsa salvavidas vapuleada por olas de hasta siete metros y vientos de fuerza 7 que la hicieron volcar en dos ocasiones. Ahí está la razón de las contusiones en el cuerpo. De los revolcones y el esfuerzo de tener que subir al bote salvavidas desde un mar que en cada caída los recibía con sus escasos cuatro grados de temperatura. «Lo pasaron mal y pensaban en lo peor», relata el portavoz de las familias, José Manuel Pena.

Fue este el que resumió la breve conversación que en la madrugada del jueves mantuvo el capitán, José Saborido, con su mujer. Y el que pedía, por favor, a los medios que dejasen en paz a las familias, que lo que quieren es superar el trance. Y respeto para los tripulantes, que aún no han acabado de asimilar que han perdido a quienes más que compañeros eran amigos, pues algunos llevaban 20 años trabajando juntos.

En la salvación de los supervivientes fue determinante que a todos les diese tiempo a ponerse el traje térmico. De otro modo no habrían podido soportar tan bajas temperaturas. Los 27 se enfundaron en la prenda de supervivencia antes de avisar de que iban a abandonar el barco, dos horas después de que lanzasen por radio la llamada de auxilio. El capitán estuvo hasta el último momento informando de lo que iba ocurriendo a bordo: desde la entrada masiva de agua, hasta que hubo que saltar a las balsas. Ahí se perdió el contacto. La tripulación se repartió en tres, pero solo se encontraron dos.

Esta mañana a las 11.00 horas partió el avión militar de Defensa en el que serán repatriados y está previsto que aterrice en las próximas horas porque las condiciones meteorológicas han mejorado notablemente.

En él viaja un diplomático de la división de Emergencia Consular para estar en contacto directo con los supervivientes y autoridades locales y agilizar los trámites. «Hay abierta una investigación por parte de las autoridades británicas y los tripulantes tendrán que declarar y relatar qué pasó», apuntó este jueves Blanco. También habrá que cumplimentar el trámite de identificar a las víctimas y posiblemente la autopsia para conocer las causas de la muerte. «Nuestra intención es unir a las familias cuanto antes», dijo.

Blanco insistió en que la declaración de los supervivientes podrá «arrojar luz sobre lo que pasó esa fatídica noche» y las posibles causas del naufragio. De momento, se cerró a especulaciones, al tiempo que no descartó ninguna hipótesis, ni siquiera la del choque con un bloque de hielo, a pesar de que se trata de una embarcación preparada para navegar en aguas antárticas. Expertos del sector, sin embargo, dudan de que la entrada masiva de agua se debiese a una brecha en el casco de uno de los pesqueros más avanzados del mundo.

Por su parte, el Gobierno de las Malvinas, en un comunicado en el que detalla las operaciones realizadas para socorrer a los tripulantes del Argos Georgia en respuesta a las críticas lanzadas en redes por la gestión de la emergencia, traslada sus condolencias a las familias y desea una pronta recuperación a los supervivientes.

El Gobierno de Malvinas informó en la tarde de este viernes que en la tarde del jueves el avión BFSAI A-400 Atlas realizó una búsqueda en la zona del naufragio gracias a una ventana meteorológica segura. Además, explicó que un buque, el FPV Pharos, llegará a la zona el sábado para realizar operaciones de búsqueda, y que también llegará un segundo barco en los próximos días para seguir apoyando este esfuerzo para encontrar a los marineros desaparecidos. Está previsto que un medio áreo colabore con los buques. 

El Gobierno de Malvinas también solicitó a las embarcaciones que faenen o naveguen por la zona que realicen tareas de rastreo. «El Gobierno de las Malvinas ha sido capaz de publicar información fehaciente desde que se produjo el suceso, pero eso a veces supone un coste en términos de rapidez, dado el nivel de sensibilidad», remarcaron. Además de dar las gracias a todos los involucrados en las labores de rastreo y rescate, el gobierno de Malvinas agradeció a la comunidad isleña haber donado ropa y otros objetos personales para los supervivientes, que se encuentran alojados en un hotel hasta su vuelta a España.

Banderas a media asta, minutos de silencio y centro de la ofrenda al Apóstol

Galicia vistió de luto en su día grande. El naufragio del Argos Georgia y el recuerdo a sus víctimas estuvo presente en distintos actos conmemorativos del Día de Galicia. Los nueve muertos, dos gallegos, y cuatro desaparecidos —dos gallegos, también— fueron centro de la ofrenda al Apóstol. A ellos que se refirieron tanto el delegado regio, el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, como el arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto.

El Puerto de Vigo mantuvo ayer las banderas a media asta por el fallecimiento de los tripulantes del pesquero anglo-noruego, en una ciudad que ayer declaró jornada de luto oficial por la muerte de su vecino César Acevedo; al igual que Baiona, en memoria de Santiago Leyenda.

La familia socialista, que celebró en Rianxo el Día de Galicia, guardó un minuto de silencio en solidaridad con las víctimas del naufragio; y la portavoz del Bloque, Ana Pontón, tuvo un recuerdo para las familias y allegados de los tripulantes del buque hundido en las Malvinas antes de empezar la tradicional manifestación del 25 de julio.