Javier Rey: «''Los pacientes del doctor García'' cuenta una parte de nuestra historia»

iker cortés MADRID / COLPISA

PLATA O PLOMO

Javier Rey
Javier Rey RTVE

El actor gallego estrena este miércoles en La 1 la primera ficción televisiva basada en una novela de Almudena Grandes

17 abr 2023 . Actualizado a las 15:32 h.

La popularidad de Javier Rey (Noia, 43 años) escaló unos cuantos peldaños cuando se puso en la piel del narcotraficante Sito Miñanco en la estupenda Fariña. Para entonces el gallego ya había dejado su impronta en series como Velvet. Biznaga de Plata a mejor actor por su papel en Sin fin, Rey compagina sus trabajos en televisión y cine con series como Las de la última fila y películas como El verano que vivimos. Ahora se embarca en la ambiciosa Los pacientes del doctor García, que se estrenará este miércoles en La 1. Basada en la novela homónima de Almudena Grandes, Rey da vida a Guillermo García en un relato que cuenta su amistad con un diplomático republicano y una trama de espionaje a lo largo de las más de cuatro décadas que van desde la Guerra Civil hasta la Transición. 

—¿Qué le atrapó del proyecto?

—Muchas cosas. El titular asustaba y daba gusto a partes iguales, porque era la primera serie basada en una obra de Almudena. Yo ya conocía su obra y era, ¡uf!, cómo vamos a hacer esto en diez capítulos. Lo hemos conseguido a base de mucho curro. El de Guillermo es de esos personajes que llegan pocas veces en la vida y dentro del proyecto había mucha gente con la que ya había trabajado y que me gustaba mucho. Todo eso era irrechazable.

—A la historia le viene bien el formato episódico.

—Sí, totalmente. Y faltan capítulos. Faltan diez temporadas realmente para poder contar la novela como tal y estar a la altura de lo que ella escribió. Pero son formatos distintos. Hemos intentado acercarnos a la obra con el mayor respeto posible. Además, hemos decidido darle un tempo muy concreto, más pausado de lo que se lleva ahora, que es más videoclip, tanto por la época como por lo que les ocurre.

—La adaptación es una de las más esperadas. ¿Cómo capea esas expectativas?

—A ver, son muchos años ya, he pasado por todas las fases posibles ante un estreno. Lo que pasa es que esté está siendo un poco distinto porque como llevamos un poco de promoción, ha habido un montón de visionados, tanto por gente que ha leído la novela como de gente que no, y más o menos el feedback es bastante bueno. Dentro de los nervios habituales me enfrento con relativa calma porque es un proyecto grande. Si la media de lo que nos han dicho va por ahí, vamos a estar muy contentos.

—¿Llegó a conocer a Almudena Grandes?

—No, no, no... Esa espinita se queda.

—Se implicó bastante en el proceso de adaptación a la pantalla, ¿verdad?

—Sí, tanto del casting como del guion. Y cuando murió fue un poco un bajón para todo el mundo en la producción porque era nuestra guía. Yo deseaba conocerla de manera personal, más allá de este trabajo, pero al final no pudo ser.

—Imagino que es un honor ser el doctor García pero también una responsabilidad, ¿no?

—Yo ahora estoy bien pero en los momentos previos al rodaje... Al final con los años aprendes que no todo depende de ti, ni para lo bueno ni para lo malo, y que depende de muchos factores el hecho de que sea un éxito. Lo que pasa es que aquí, con tanto talento y un personaje tan grande a lo largo de cuatro décadas, sí que tenía la sensación de que todo iba a salir bien si todos trabajábamos duro, pero era un caramelo envenenado [ríe].

—¿Cómo describiría a su personaje? ¿Tiene algo en común?

—Uf, soy bastante más cobardica que él. Es complicado ponerme a la altura de un tipo que se ve en conflictos de vida o muerte. Puedo teorizar sobre eso pero nunca sabes cómo te vas a comportar cuando la vida y la muerte están tan cerca. Me parece un tipo muy honesto, muy valiente y un superviviente. Esa honestidad, que se ve tan poco en los tiempos que corren, donde impera la frivolidad, me apasiona.

—Un actor se dedica, en gran medida, a rellenar con vida los huecos que deja el guion. ¿Ha sido más fácil en «Los pacientes del doctor García»?

—Aquí no había huecos. Cuando había una duda, cogía la novela y para delante. Es que es una maravilla. Yo tengo libretas y libretas con vidas paralelas de los personajes que no existen pero que me valen para aferrarme en determinados momentos y aquí esa libreta ha sido más pequeña.

—Hay escenas de bastante contenido erótico...

—¡Y lo que no se ha podido contar! [ríe].

—¿Cómo lleva esa parte del trabajo? ¿Ha cambiado mucho desde que empezó en la industria?

—Ha cambiado mucho, afortunadamente. Son las escenas más difíciles y más complicadas de rodar. Ahora mismo tenemos la figura del coordinador de intimidad, que está muy bien, lo que pasa es que yo he tenido mucha suerte. He tenido muchas escenas de sexo en todo tipo de series y películas, en casi todas [ríe], y la realidad es que casi siempre me he sentido relativamente cómodo con la gente con la que me ha tocado. Siempre he tenido un respeto enorme hacia mi persona y a la persona que tengo delante, así como con el equipo que nos rodea, que tampoco quiere estar en esa situación. Nadie quiere estar ahí, pero la escena es necesaria para contar la historia, así que debemos hacerlo desde el lugar más respetuoso. En ese sentido, no tengo malas experiencias.

—Decía que ha habido este tipo de escenas en casi todas las producciones en las que ha participado. ¿Se ha llegado a sentir hombre-objeto?

—No, forma parte de la historia. No es que Javier Rey se desnude, es que el personaje para contar la historia que queremos, debe contar también una parte íntima de lo que le ocurre. En mi caso, normalmente los desnudos tampoco han sido muy gratuitos en mi caso, no he tenido que aparecer en bolas porque sí y ya. Al igual que Almudena es detallista para contar todo tipo de conflictos que les ocurren a los personajes, también lo es para el sexo y hay que acercarse desde otro lugar y medir bien lo que se muestra y lo que no.

—La serie llega en un momento con una sociedad crispada y polarizada. ¿Hay mucho que aprender del doctor García?

—Hombre claro. La gente se ha polarizado porque desde el ámbito político se busca contentar a una audiencia para ganar un puñado de votos, sin pensar en las consecuencias y eso es una irresponsabilidad descomunal. Si lanzas un discurso de odio durante muchos años, lo normalizas, se le dan horas de televisión, se habla sobre ello, habrá gente que caiga. Son discursos que en el 2023 no deberían existir porque nos recuerdan a épocas pasadas. Historias como las de Los pacientes del doctor García tienen que ser contadas para nuestra generación y las siguientes.

—¿Puede ayudar una ficción así a tender puentes? ¿Cree en el poder sanador de la ficción?

—No sé hasta qué punto, la verdad. Me gustaría decirte que sí, pero no lo sé, depende de muchos factores. Yo ya sé que cuando salga la serie los espectadores verán una ficción y disfrutarán de ella. Hay gente que aprenderá cosas de nuestra historia, gente que se enamorará de unos personajes y odiará a otros, gente que buscará qué cosas fueron ciertas, gente que debatirá en el trabajo... Y luego hay gente que, sin verla, la pondrá a parir porque intentará darle de comer a una audiencia que lo que quiere es ponerla en contra de algunos espectadores a los que sí le podría gustar. Los pacientes del doctor García es solo una ficción que cuenta una parte de nuestra historia.