Pasarelas sin ley

Xurxo Fernández Fernández
XURXO FERNÁNDEZ A CORUÑA

SOCIEDAD

La sadense Raquel Losada triunfa en los desfiles de moda de Portugal La competitividad más feroz domina el mundo de las «top-models» Portugal cuenta con una belleza nacida en la localidad coruñesa de Sada entre las fijas en sus desfiles de moda. Raquel Losada es una modelo muy valorada en el territorio luso y es frecuente verla en el Portugal Fashion de Oporto o en el Moda Lisboa, los equivalentes de dicho país de la Pasarela Cibeles o el Salón Gaudí.

11 ago 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

Por allí se dejan caer también estrellas del mundillo como Linda Evangelista, Gisel o Laetitia Casta por el lado de las féminas y Markus y, la imagen de la última campaña de Jean Paul Gautier, Marko, representando al sector masculino. Y otras famosas que pasan por allí a lucir su palmito como ocurrió el año pasado con la ex-novia de Ronaldo, Susana Wagner. Semejante elenco de divos y divas son una fuente inagotable de anécdotas. Alcohol Las hay que se pasan con el alcohol y luego no se sabe si la pasarela es recta o hace curvas. Eso ocurrió el año pasado en el Portugal Fashion cuando, según relata Raquel Losada, «Linda Evangelista se cogió un pedal increíble con vino de Oporto, lo mejor es que la tía decía que lo que había en su vaso era Coca-Cola, en cuanto salió a desfilar olimos el contenido y aquello tenía poco de refresco. Ella casi no podía hablar». Menos mal que en los desfiles no hacen controles de alcoholemia. Y es que en el mundillo de la moda no se pasa nada por alto y a la que te descuidas te dan palos por todos los sitios. Si no, que se lo pregunten a la última Miss portuguesa, que, como recuerda nuestra guapa sadense, «al no tener nombre hecho, en el mundillo no es nadie, pero ella se cree que con el título de reina se va a cualquier sitio», parece que se equivoca la chica pero ahí están sus amables compañeras de profesión para recordarle que la fama cuesta y por eso «la gente no la respeta y la meten en todos los problemas posibles». Menudea la desaparición de prendas a última hora, las roturas de tacones, los descosidos provocados en los vestidos y un sinfín de artimañas más con el único fin de dejar en ridículo a las rivales. Se ve que en esto de la moda no basta con tener un tipín mono, además hay que saber artes marciales para hacerse un hueco. Igual la próxima Miss España tendría que ser alguien tipo Coral Bistúe. Cómo está el patio. Pero todo tiene sus contraprestaciones, los sueldos son altos y es un buen medio de saltar a las portadas de las revistas del corazón. Pero además, si la modelo en cuestión anda lista también puede hacerse con algún regalito interesante para completar su ajuar. Este es el caso de la bellísima Laetitia Casta, que, atendiendo a las palabras de Raquel, aparte de ser «súper bajita» y tener un camerino particular allí donde va para «evitar encontrarse con ninguna otra modelo», tiene algunos gestos impropios de su fama. Trajes lujosos En su último desfile en territorio luso, le debió de gustar mucho el costoso traje de cuero que lució, porque, siempre según nuestra confidente entre bambalinas, «cuando terminó el pase, Laetitia habló con la diseñadora para decirle que le había gustado mucho el vestido y le dijo que quería que se lo regalara para lucirlo en su próxima gala», asegura la modelo. La costuritas debió ver el cielo abierto y pensar que era una oportunidad para promocionar sus fabricaciones, así que, olvidándose del elevado precio de la prenda, se la cedió. La sorpresa llegó cuando, en la mencionada ceremonia, la modelo apareció con un conjunto distinto. «Lo había montado todo para quedarse con el traje en su vestuario», comenta. Conociendo a la gente del mundillo dentro de poco comenzarán con lo de «agarrar los bolsos que viene la casta».