Roberto Verino mira al mar de Galicia y viste a las sirenas del siglo XXI
SOCIEDAD
El diseñador gallego clausuró anoche la primera jornada de la pasarela Cibeles, que muestra la moda de primavera El modisto demuestra que «sensualidad y funcionalidad no están reñidas».
24 sep 2003 . Actualizado a las 07:00 h.Roberto Verino soñó que en Galicia nunca se había hundido un petrolero y que sus playas nunca habían sido negras. A las arenas de su tierra imaginaria llegaban las sirenas para despojarse de sus colas de escamas y vivir como harían seres míticos del siglo XXI, pisando fuerte sobre zapatos de tacones interminables, combinando etéreos vestidos de gasa con chaquetas de piel envejecida por el ajetreo de la ciudad o secándose la humedad y la salitre con una trinchera-albornoz. Verino clausuró con un espectáculo de moda visual y práctica la primera jornada de la pasarela Cibeles, que reunió a los seis primeros nombres de la Asociación de Creadores de Moda. Los otros seis, entre ellos el también gallego Antonio Pernas, desfilarán hoy. En las colecciones de Roberto Verino nada está dejado al azar. Cada pieza, cada prenda es un símbolo que encaja en el puzzle y viene a justificar la idea en la que el modisto ourensano se basa a la hora de concebir su repertorio de prendas. En esta ocasión, su deseo de lavar el honor mancillado del mar de Galicia lo ha llevado a inspirarse en sirenas y en atlantes que dejan de ser entes oníricos para convertirse en realidad. Por eso, el bolso de playa que propone para el próximo verano es una concha de vieira de piel blanca que abraza una toalla, las camisetas van estampadas con caras de mujeres a medio camino entre sirenas y ángeles, los zapatos evocan a las conchas marinas. Lo habitual, distinto «La idea es demostrar que sensualidad y funcionalidad no están reñidas», afirmaba el diseñador mientras daba un último repaso a los percheros antes del pase y recuerda que su mujer es, sobre todo, elegante. Verino intenta que todo parezca diferente dándole un uso distinto al habitual, por ejemplo troquelando un vestido de cuero negro como si fuese un delicado encaje; o confeccionando en chantilly, también negro, una cazadora deportiva con puños y cuello de punto; o suavizando los rojos, fucsias y azulones fluorescentes que evocan a un paraíso tropical con el carácter urbano del negro nuevamente o los tonos irisados de las escamas y las perlas. También los accesorios se inspiran en el mundo marino, con platas viejas y cristales que han sido creados en India, en un proyecto de colaboración con la Fundación Sabera.