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No sé si lo van a ver muy bien, pero de momento es lo más aproximado que se ha visto sobre el traje que vestirá doña Letizia Ortiz el día que su sangre cambie del color rojo al azul. Lo enseñó Pertegaz ayer durante una entrevista concedida al programa que Luis del Olmo conduce cada mañana en Onda Cero. Y, aunque en la imagen no creo que puedan desentrañar demasiados detalles, el veterano modisto aclaró algunos. Por ejemplo, que la tela la había encargado fuera de España pero que luego cambió de idea; que el traje será regio, marfilino y con una larguísima cola; que tendrá mucho vuelo en la falda y unas mangas modernísimas y, por supuesto, que el escote será modesto. En realidad ofreció bastantes detalles. Tal vez más de los que doña Letizia hubiera querido divulgar. Pero no se preocupen que ya veremos el vestido. Nosotros y media humanidad, porque ayer conocimos el resultado de un informe según el cual la boda será seguida por 5.600 medios de comunicación de todo el mundo, que no está mal. Ahora bien, la verdadera noticia divertida con respecto a la futura reina de España tiene como protagonista a la madre de la novia, Paloma Rocasolano . Según contaba ayer La Vanguardia , Paloma se presentó el pasado día 13 a un examen en Madrid para superar la asignatura Historia de Grecia en uno de los cursos que sigue a través de la Uned. Al parecer, la señora Rocasolano iba armada al examen con una espléndida chuleta con la que fue pillada, in fraganti, por la profesora encargada de vigilar. Así que fue expulsada del aula y, seguramente, premiada con un espléndido suspenso. No sé que le parecerá a su futura consuegra, la reina doña Sofía , que tuviera que acudir a métodos ilegales para aprobar la historia griega. Es posible que, en el futuro, pueda darle alguna clase particular. Adiós carnaval Y mientras sigo deshojando día tras día el goteo de noticias sobre la boda, el carnaval se no ha ido a todos. Empezando por los brasileños que ayer no se arredraron por la lluvia y volvieron a acudir masivamente al sambódromo de Rio. Para muchos gallegos ayer también fue la despedida de esta fiesta imprescindible que nos permite cambiar de registro y hacer locuras. Espero que hayan hecho las que necesitaban, porque hasta el año que viene no podrán volver a realizarlas. Supongo que la mayoría de ustedes habrán tenido también la oportunidad de celebrar gastronómicamente el carnaval con la socorrida exaltación del cerdo. Pero lo que seguro que no han visto nunca es un cerdo de 900 kilos. Hasta hace poco había uno en China. Pero se murió. Por falta de ejercicio, según el biólogo que certificó la muerte del animal. Había engordado tanto que no podía moverse. Su propietario tuvo incluso que construirle una pocilga de tamaño especial ante el desproporcionado crecimiento del bicho, que llegó a vivir cinco años. Ahora tendrá que decidir si lo entierra o se lo come ¿Se imaginan ustedes que cachucha ?