Mucho más padre que príncipe

Paloma Abejón

SOCIEDAD

Ni toda la experiencia del heredero de la Corona pudo mitigar el impacto de la paternidad. Don Felipe olvidó preguntar el sexo

09 jul 2007 . Actualizado a las 10:16 h.

Fue el primer anuncio de nacimiento de un miembro de la Casa Real sin brindis con champán o cava. No se sabe muy bien por qué, pero probablemente los nervios hicieron que el príncipe Felipe se olvidara del tradicional brindis con los medios de comunicación en la rueda de prensa en la que anunció el nacimiento de su primogénita, la infanta Leonor. Su Alteza Real estaba nervioso. Don Felipe dejó por unos momentos el oficio de Príncipe y se comportó como un padre primerizo cualquiera. Ni toda la experiencia del mundo pudo mitigar el shock de ver nacer a un hijo. Sus primeras palabras fueron para reconocer que el nacimiento de su hija había sido «lo más bonito que le puede ocurrir a alguien en la vida». «La Princesa está bien, a pesar de ser una cesárea, las mujeres y madres lo sabéis mejor que nadie y, bueno, es una niña grande, parece que fuerte y yo quisiera ahora expresar lo que significa para un padre el ver por primera vez la cara de su hijo o hija y, sobre todo, ver la cara de la madre en el proceso», narró con voz entrecortada. Don Felipe estaba aún noqueado cuando compareció ante los medios, y eso que lo hizo casi cuatro horas después del nacimiento. A pesar de ser una cesárea, y como ocurre en cualquier parto natural, él estuvo presente todo el tiempo. Es más, don Felipe fue el encargado de ir explicándole a doña Letizia lo que iba ocurriendo. «Yo estaba a su lado y le hacía una descripción lo más precisa que yo podía hacer, teniendo en cuenta mi poca capacidad técnica en la materia, pero el momento de ver nacer a tu hijo es algo excepcional», contó. Vestido con una chaqueta de terciopelo negra, camisa azul y corbata a juego, el heredero reconoció que estuvo tan volcado con doña Letizia debido al hecho de que al final tuvieran que practicarle una cesárea «rápida», que hasta se olvidó inicialmente de preguntar el sexo de su primogénita, que no sabían hasta entonces. «En el primer momento de nacer, ni me fijé. Cuando ya habían retirado al bebé, les dije: ''Pero, bueno, ¿qué ha sido?'' y me lo confirmaron», explicó. Pero don Felipe no olvidó del todo su papel de Príncipe. En la parte más preparada de su intervención habló de la función institucional de la Corona y de la importancia de la figura del heredero. «Tanto el matrimonio como la sucesión son algo consustancial a la monarquía parlamentaria y, por tanto, este nacimiento materializa de una manera evidente esa sucesión, y es un hecho muy significativo a nivel político y constitucional». Preguntado sobre si había nacido una reina, debido a la necesidad de modificar la Constitución para que doña Leonor reine, don Felipe no dudó. De momento, una infanta, «aunque la lógica de los tiempos indica que, si se lleva a cabo la reforma que propone el Gobierno y que deberán decidir las Cortes, podrá reinar». Y una advertencia: «No hay prisa».