El fiscal pidió ?la desestimación de ?las medidas cautelares solicitadas por la hermana de la Princesa
13 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.El acoso al que la prensa rosa somete a Telma Ortiz Rocasolano, hermana de la Princesa de Asturias, y su compañero sentimental, el toledano Enrique Martín-Llop, es «insoportable». El abogado de la pareja, Fernando Garrido, no ahorró dramatismo al «infierno» que supone la persecución permanente a la somete a la pareja ese tipo de prensa y que ha llevado a Telma Ortiz a vivir el nacimiento y primeras semanas de vida de su primera hija en la clandestinidad. El letrado defendió así ante la jueza de Primera Instancia número 3 de Toledo, María Lourdes Pérez Padilla, su demanda contra medio centenar de medios de comunicación y su petición de que prohíba toda información sobre la pareja salvo la que se derive de su asistencia a actos oficiales como parientes de la familia real española.
Enfrente, revistas, televisiones, agencias, páginas web y editoras, citadas de manera expresa en la demanda, defendieron que aceptar esta petición supondría reinstaurar la censura previa, que la Constitución prohíbe.
La Fiscalía, por su parte, pidió la desestimación de la demanda «en los términos en que está planteada». En un extenso alegato, el fiscal del caso, Antonio Huélamo, ha considerado que no es necesaria ninguna medida cautelar contra unas imágenes «que ya han sido difundidas» y que el propio abogado de Ortiz, Fernando Garrido, aportó como pruebas.
La convocatoria de la vista oral convirtió a Toledo en la capital de la prensa rosa, que podría ver alterada su forma de trabajar si la jueza da la razón a Ortiz.
Informaciones irrelevantes
Telma Ortiz trabaja para la Agencia de Cooperación Internacional en Filipinas, aunque está de baja por maternidad. Su abogado insistió en que ella y su pareja «no son personajes públicos por razón de cargo, profesión o por haber realizado acto alguno de ostentación pública y ni siquiera por razón de parentesco», y recordó que «no existe el concepto jurídico de personaje público».
La persecución, continuó el letrado, es constante «con el objetivo de saber cómo es la pareja de doña Telma, dónde viven, su embarazo o dónde iba a dar a luz». Ilustró el resultado de esa forma de trabajar: reportajes irrelevantes del tipo «Telma en moto por Madrid», «Telma sabe cuidarse para mantener una piel sin brillos» o «Telma se coloca las gafas de sol». El futuro no anuncia cambios, dijo: «Ahora será el primer paseo de doña Telma con su bebé, luego la primera papilla, después si se casa o no con su pareja y más tarde los primeros pasos del bebé. Esto es lo que pretendemos evitar». Enfrente de Garrido se apostaron casi treinta letrados en defensa de los medios de comunicación demandados, que utilizaron argumentos coincidentes. El más citado: el de que Telma Ortiz y su pareja no denuncian reportajes publicados, sino que piden una prohibición de publicación «a futuro», una censura previa abolida por la Constitución. La mayoría de estos letrados insistieron en que los demandantes sí son personajes públicos, por lo que las medidas cautelares solicitadas serían «desproporcionadas», «temerarias», «desorbitadas» o «equivocadas», entre otras consideraciones.
El fallo de la jueza se conocerá, como muy tarde, el martes de la próxima semana.