La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, dijo ayer que el Ejecutivo «respeta escrupulosamente» el auto que deniega las medidas cautelares pedidas por Telma Ortiz, y que seguirá velando tanto por el derecho a la información como por el derecho al honor y la intimidad personal. «Ha resuelto el juez y, una vez que el juez ha resuelto, el Gobierno tiene poco que añadir a la decisión de los tribunales», respondió Fernández de la Vega al término del Consejo de Ministros.
La jueza de Primera Instancia número 3 de Toledo, María Lourdes Pérez Padilla, deniega en el auto las medidas cautelares solicitadas por la hermana de la Princesa de Asturias contra 57 medios de comunicación en defensa de su imagen y privacidad.
De la Vega señaló que en este caso estaban en cuestión dos derechos fundamentales: el derecho a la libertad de información y el derecho al honor y a la intimidad personal. Y subrayó que el Gobierno seguirá garantizando, en el ámbito de sus competencias reconocidas en la Constitución, esos dos derechos «tan importantes».
Para Carlos Elías, profesor de periodismo de la Universidad Carlos III de Madrid, la sentencia fue valiente, porque hizo prevalecer el derecho a la información y fortaleció la democracia, que no puede existir sin el periodismo libre.
Sin embargo, criticó también a la prensa rosa, que mueve sumas multimillonarias en el país, al censurar a ese «inmenso ejército de alcahuetes mediáticos que, avergonzados de lo que hacen, intentan disfrazar su perversión de periodismo».
En opinión de Elías, autor del libro Telebasura y periodismo, «los químicos aborrecen a sus colegas que se dedican a sintetizar drogas». «Los periodistas deberíamos empezar a criticar a todos aquellos que se lucran comerciando con la intimidad».