Estudian un fenómeno extraño que eleva el calor del suelo en una casa manchega hasta los 60 grados

Juan Vicente Muñoz-Lacuna

SOCIEDAD

14 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Un cono volcánico incipiente, una bolsa subterránea de agua caliente a punto de salir a la superficie, una llamada de atención de seres de otros planetas. Son algunas de las hipótesis a las que dan vueltas los vecinos de Moral de Calatrava (Ciudad Real) después de que en la madrugada de ayer varias familias tuvieran que ser desalojadas al aparecer un extraño foco de intenso calor en apenas un metro cuadrado del patio de una vivienda.

Técnicos de la Red Sísmica Nacional, la Dirección General de Protección Civil y el Instituto Geográfico Nacional se desplazaron ayer hasta Moral de Calatrava para analizar este fenómeno y tratar de encontrar una explicación científica que tranquilice a María José Sancho, la propietaria de la vivienda, y a los vecinos de las tres casas colindantes, que también fueron desalojados por los bomberos para prevenir males mayores. Este extraño fenómeno ha ocurrido en la calle Campoamor de esta localidad de 5.300 habitantes, que están viviendo un Poltergeist a la manchega.

Tortuga «a la plancha»

«Nadie se atreve a decir qué es o puede ser», reconoce su alcalde, José María Molina. «Lo único que sabemos es que hay una fuente de calor superior a los 50 grados», asevera su concejal de Seguridad, Longinos Castro.

María José Sancho y su familia se dieron cuenta de este hecho en la tarde del lunes gracias a una inocente tortuga con la que viven. «Después de comer, sacamos a una tortuga que tenemos para ponerla al fresquito. La tortuga hizo un gesto muy raro, levantó las patas y sacó la cabeza. Cuando la cogimos vimos que quemaba y que el suelo también quemaba», explica María José. A continuación avisaron a la Policía Local y a los bomberos, que no se atrevieron a picar sobre las baldosas por temor a encontrarse con una bolsa de gases.

Moral de Calatrava está estos días en fiestas en honor de sus patronos, Nuestra Señora María de la Sierra y san Roque, pero la casa de María José Sancho está centrando todas las atenciones.