Galicia podría pujar, pero las distancias juegan en contra

SOCIEDAD

26 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Una topografía llana en una superficie mínima de 13 hectáreas para la instalación del almacén nuclear y de 12 para el centro tecnológico asociado, que no presente riesgo de sismicidad ni se ubique en una zona con riesgo de inundaciones y que esté fuera de la Red Natura, parques naturales, zonas protegidas del Ministerio de Defensa o de interés patrimonial, y con buenos accesos por carretera o ferrocarril. Estos son los requisitos que se pide a los municipios para que opten al depósito de residuos radiactivos.

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¿Los municipios gallegos podrían ser candidatos? No hay nada que lo impida. La convocatoria establece que cualquier municipio de España puede hacerlo con cumplir los requisitos antes citados. El transporte de material radiactivo, eso sí, no puede hacerse ni por barco ni por avión.

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¿Se ha presentado alguno? No, ni probablemente lo hagan, pese a las golosas contrapartidas. El plazo finaliza el viernes y es necesario que la petición sea aprobada por el pleno municipal. Apenas queda tiempo.

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¿Sería viable técnicamente su construcción en Galicia? Sí. La instalación es un depósito al aire libre para el almacenamiento en seco de los residuos nucleares durante 60 años. El material, siete mil toneladas anuales de combustible radiactivo gastado, queda encerrado mediante una tecnología de construcción de bóvedas y naves de hormigón.

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¿Cuál sería entonces el principal inconveniente? La distancia. La central nuclear más cercana a Galicia se encuentra en Santa María de Garoña (Burgos). El resto se hallan en Extremadura, Castilla-La Mancha, Cataluña y Valencia. O, lo que es lo mismo, el transporte de destino tendría que recorrer toda España para llegar a su destino, con el rechazo social y ecologista que suscita.

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¿Existe rechazo social? La actual Xunta no se ha pronunciado sobre el tema porque tampoco había motivo para ello, pero los ecologistas ya anunciaron que si algún municipio presentase candidatura se generaría un movimiento social muy importante en su contra. Además, el Parlamento de Galicia aprobó por unanimidad en el 2006 una resolución por la que se declaraba a la comunidad zona desnuclearizada. Es una declaración simbólica que no tiene base legal, pero que los partidos no se atreverían a quebrantar.