La llegada del verano dispara la petición de plazas temporales en centros de mayores

M. C. REDACCIÓN/LA VOZ.

SOCIEDAD

La alta demanda provoca que Benestar pretenda impulsar el servicio subvencionado, para el que hay 32 plazas

28 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Descanso de los cuidadores o vacaciones de la familia. Esas son las dos razones principales que multiplican el número de solicitudes de estancias temporales en centros de mayores en Galicia durante los meses de verano o los fines de semana. Tanto desde la Consellería de Traballo e Benestar Social, que tiene dos programas diferentes enfocados a subvencionar este tipo de servicio, como desde grupos de centros privados como Geriatros confirman la tendencia.

Es precisamente esa fuerte lluvia de peticiones la que, según algunas fuentes del sector privado y de familiares de algunos beneficiarios de los programas, muestra la urgencia de habilitar más recursos públicos y aumentar los conciertos que hay para este fin.

Durante el 2009, el plan de estancias temporales de la Xunta habilitó 32 plazas concertadas que beneficiaron a tres centenares de personas. Al mismo tiempo, en el marco del programa de apoyo social, dirigido especialmente a dependientes, los 92.000 euros de presupuesto habilitado permitieron 300 estancias quincenales y 700 de fin de semana.

La intención de Benestar, según confirmó la directora xeral de Dependencia, Coro Piñeiro, es también «incluir el crecimiento de este servicio en la cartera de iniciativas en la que está trabajando la consellería».

Porque, a su juicio, la estancia temporal «ayuda a que la persona mayor pueda permanecer en su entorno, al tiempo que el cuidador tiene un recurso para tomar un respiro en el momento que lo requiera».

Horario

También la alternativa parece suplir el vacío que dejen los centros de día en algunos casos. «El hecho de recurrir a una estancia temporal no implica que una persona quiera deshacerse de sus mayores, el problema es que los centros de día no tienen un horario adaptado a las realidades de cada persona», comenta Juan Manuel Conde, nieto de una mujer de la provincia de A Coruña que echa mano de vez en cuando de la estancia temporal.

Para expertos en la materia como el director del centro de Geriatros en Ourense, Jacobo Rubín, esta es una alternativa que puede ser un primer escalón para evitar el recelo que existe, a veces, al ingreso en un centro.

Pero al mismo tiempo, recuerda que una estancia temporal nunca va a ser igual que una permanente. «Cuando una persona llega a un centro de este tipo tiene un tiempo de adaptación que va entre los veinte y los veinticinco días. Es el plazo para poder evaluar el estado en el que está y luego darle un servicio adecuado. En una estancia de dos semanas no puede hacerse», apunta.

Por su parte, el coordinador general de la red de centros de ese grupo gallego, el gerontólogo Sema Pérez, apunta que el recurso es importante para poder ofrecer un descanso mental a los familiares y a los cuidadores, sobre todo en el caso de los dependientes que requieren ayuda todo el día , y que puedan volver a estar todo el año al cien por cien.

La modalidad temporal es una alternativa para los centros que no cubren todas sus plazas. El grupo Sanitas, por ejemplo, ha hecho pública estos días la oferta de plazas de este tipo que tiene en Galicia.