El gallego llenó ayer Cibeles de transparencias y modelos básicos que perduran
22 sep 2010 . Actualizado a las 14:38 h.Heroínas de películas clásicas del cine, como Jane Fonda, Jacqueline Bisset o Anouk Aimée; mujeres espectaculares e inolvidables por su estilo rompedor, en escenarios reales, y siempre buscando el concepto de ser únicas y diferentes. Esta fue la inspiración del gallego Roberto Verino en la presentación de sus propuestas para la próxima primavera y verano que llevó a cabo ayer en Madrid Fashion Week, en donde también vistió a un hombre moderno que quiere estar guapo y que vence las dificultades con ademanes naturales.
Fiel al estilo que lo hace diferente, el modisto ourensano hizo gala de la combinación de materias sofisticadas con otras más usuales, con la aparición de pequeños detalles de lujo que convierten a sus poseedores en personajes únicos y diferentes. La puesta en escena del trabajo de Verino tuvo ayer una clara intención de ensayar, de saber hasta dónde se puede llegar con diseños potentes y seductores, pero que pueden ser usados en el día a día.
A pesar de la crisis económica que embarga a todos, o quizás por ello, este veterano modisto opta por las prendas de tejidos de calidad, pero sencillos al mismo tiempo, como crepés de seda, gasas y organzas, tejidos chanel e incluso rafias, más elaborados pero naturales, mezclados con pieles muy trabajadas para ofrecer el concepto de vivido.
Tanto en sus diseños femeninos, en los que abundó la transparencia, como en los masculinos, predominan los colores neutros para poder ser utilizados en otras temporadas, como negros, principalmente para su línea Ibiza Seductiva, y tonos arena para la línea Colores de Verano. Pero a la mujer le da la opción de tonos turquesas, malvas o fucsia para el cóctel o simplemente para que destaque.
Los complementos adquieren importancia, también con ánimo de personalizar al máximo: alterna bolsos grandes y pequeños y aplicaciones de Swarovski para sumarles más sensación de lujo y hacerlos especiales. Al igual que las gafas o los abalorios en forma de pequeño bolso. Es más, ofreció cierto tono de humor al usar piezas originales, como gafas de buzo, arpones y puñales que formarán parte de un futuro museo.
La noche es para el Arte Óptico, con sofisticadas piezas en armonía de blancos y negros. La organza estampada con rompedores efectos de dicho estilo pictórico se llevó los mayores aplausos, con seductores vestidos de cóctel, monos espectaculares años setenta y largos vestidos para las calurosas noches de verano.
Y al hombre -incluso al niño que desfiló- no trata de disfrazarlo, sino de reforzar su imagen individual con hechuras sencillas y detalles de pequeño lujo, a veces poco perceptibles, como los pantalones con el tiro más bajo de lo convencional. Trabaja la mezcla de lo deportivo y de lo sofisticado de forma moderna, hasta el extremo de echar mano de accesorios tradicionalmente femeninos, como largos pañuelos, turbantes o bolsos de gran tamaño. ¡Ah! Y todos con alpargatas.