23 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.
En abril del 2010, la erupción del volcán islandés Eyjafallajoekull provocó un auténtico caos mundial, obligando al mayor cierre del espacio aéreo europeo en tiempos de paz, con más de 100.000 vuelos anulados y ocho millones de viajeros bloqueados a lo largo de un mes.
Las autoridades aeronáuticas temían que el fino polvo volcánico, que los vientos transportaban a gran parte de Europa y al Atlántico, se introdujese en los motores de los aviones y provocase averías. La nube del Eyjafallajoekull tenía menos altura, unos nueve kilómetros, pero era más ligera, ya que la del Grimsvoetn es sobre todo basalto, lo que la hace más rugosa y cae más rápido al suelo.