Aventurero lucense completa a pie 500 kilómetros en 5 días a favor de Lorca

Efe

SOCIEDAD

Jesús García Juanes completó el recorrido aunque a punto estuvo de abandonar a los 80 kilómetros. Las temperaturas poco habituales para esta época fueron lo más difícil.

15 jun 2011 . Actualizado a las 21:00 h.

El aventurero lucense Jesús García Juanes ha superado el reto que se marcó a favor de los damnificados por el terremoto de Lorca (Murcia) al completar un recorrido de 500 kilómetros a pie en tan sólo cinco días, sin ayuda externa y con sólo «doce cosas encima», entre ellas el calzado, la ropa y las gafas graduadas que utiliza habitualmente.

En declaraciones a Efe, García Juanes explicó que el recorrido elegido para completar su reto «no fue casual», dado que es aproximadamente la misma distancia que separa Lugo de Madrid, donde el próximo 20 de junio se celebra la cena solidaria «Cubiertos por Lorca», a la que prevé asistir.

De hecho, para apoyar esta acción solidaria, García Juanes realizó todo el recorrido con una camiseta que lleva estampado el logotipo de esa iniciativa y con la que tiene pensado «presentarse en Madrid».

Con respecto a la prueba, que comenzó el pasado 10 de junio en la Plaza de Santa María de Lugo, reconoció que pasó por «momentos críticos» y, cuando sólo llevaba recorridos 80 kilómetros, se planteó seriamente la posibilidad de abandonar y «regresar a casa».

Las noches fueron especialmente duras, según García Juanes, porque «la temperatura es impropia del mes de junio», entre cuatro y cinco grados, y pasó «mucho frío» al tener que pernoctar a la intemperie sin ninguna prenda de abrigo, porque afrontó el reto con un «equipo muy ligero» que llevaba en una mochila de sólo tres o cuatro kilos de peso.

Tampoco pudo dormir, apenas «cuatro o cinco horas» durante todo el trayecto, y cometió «un grave error» que casi tira por tierra todo el esfuerzo que había realizado para preparar esta prueba, al «comenzar a caminar a mediodía», explicó, porque el desgaste inicial fue mucho mayor.

En todo caso, superado el reto, dijo sentirse muy «satisfecho» porque «a nivel deportivo» ha cumplido el objetivo marcado y la promoción de esa cena solidaria a favor de Lorca era para él «un tema muy importante», por lo que también agradeció la colaboración desinteresada de las personas que «estuvieron detrás de este reto».

Para completar su aventura, García Juanes descartó cualquier tipo de ayuda externa, por lo que ni siquiera empleó utensilios que podrían facilitar su travesía, como un bastón en el que apoyarse o algún tipo de artilugio con ruedas para llevar la comida.

De esa forma, tuvo que transportar los alimentos para cinco días en una mochila, mientras que el agua para beber la recogía en fuentes públicas.

Todo el trayecto se desarrolló en la ciudad de Lugo y sus inmediaciones, dado que por las noches García Juanes regresaba siempre al adarve de la Muralla romana para aprovechar la iluminación del monumento, pues entre la docena de objetos que transportaba no había incluido «una linterna frontal».

Para saber en todo momento si su ritmo era bueno, transportó un sistema de información por GPS, que también le permitió contabilizar la distancia recorrida, recordó.