Los corredores ecológicos son vitales

La Voz

SOCIEDAD

14 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Las reservas de fauna parecen quedar superadas en los nuevos planes y, a pesar de la fragmentación del territorio, el oso avanza, pues el peligro de extinción a corto plazo se ha conjurado, aunque los expertos creen que unos 500 en la cordillera darían más tranquilidad a medio plazo. Con excepción de los daños en frutales y los ataques a colmenas, sus molestias son escasas, pues prefiere zonas altas y muy escarpadas. Son, no obstante, animales muy curiosos que dejan abundantes rastros por Navia de Suarna, A Fonsagrada y Cervantes. Al dispersarse y buscar comida pueden llegar a lugares insospechados. En Castroverde, municipio cercano a Lugo, también fue localizado un oso joven: se lo encontró un automovilista en el alto de A Vacariza. Y otro ejemplar solitario (quizá el mismo animal) lo observó un pescador cerca del río Rodil. Antes se había dado un festín en unas colmenas de Negueira de Muñiz. En el 2009 el oso también se había adentrado en la Terra Chá, hasta Pol. Nada raro: en el vecino León, uno fue visto a seis kilómetros de la capital.

Sin patrulla oso

Los corredores ecológicos, con áreas boscosas de calidad, están ganando importancia. Ya en el 2011 el Ministerio de Medio Ambiente incluyó, en colaboración con la Xunta, mejoras en algunos montes de Lugo (para aumentar masas forestales incipientes), además de en los de Pajares, Leitariegos, Bubia y Luna, en Asturias y León.

No obstante, la penuria de fondos es ahora palpable. Desde hace más de un año no funciona la patrulla oso con base en los Ancares de Lugo, que ya se había reducido a dos guardas que trabajaban para la Fundación Oso Pardo (FOP) con financiación de la Xunta de Galicia. FOP ha tenido que prescindir incluso de su patrulla en Cantabria, aunque su personal, experto en las costumbres y rastreo del animal, sigue vigilando la recuperación de las zonas oseras y sus miembros han aportado buena parte de los datos para el último censo.