«Queremos hacer negocios, no ser funcionarias»

A. A. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

En Compostela, en busca de tradición... y de ruptura

21 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Es toda una paradoja. Eligen Santiago porque buscan el encanto de un lugar tradicional, con historia, y al mismo tiempo Compostela supone para los estudiantes chinos una ruptura con la tradición.

Mengfei Zhao tiene 20 años y viene de una «gélida ciudad próxima a Nankín». Como casi todas, usa un nombre español para facilitar la comunicación: Rosa, porque le gustan esas flores y por una canción de La Oreja de Van Gogh. «Aquí es normal que la gente se case con 30 años, o más -reflexiona-, pero en China, mi padre me advierte siempre de que a los chicos de 20 años les gustan las chicas de 20, a los hombres de 30 les gustan las chicas de 20 y a los de 40 les gustan las chicas de 20. ¿Quién va a querer a una de 30? Pero no estoy de acuerdo con él. Me parece que con 20 soy joven para casarme».

Rosa, como la mayoría de sus compañeros, inició sus estudios de español en China. Tiene muy claro para qué: «Nuestros padres prefieren que seamos profesoras o funcionarias, porque es muy seguro, pero somos jóvenes y queremos hacer negocios con las muchas empresas latinoamericanas y españolas que operan en nuestro país para ganar más dinero». En general manejan muy bien el español. Lo más difícil, «la conjugación de los verbos», admite Xueyin Wang (Blanca), que explica que hoy los chinos «dominan el alfabeto occidental».

Leyuan Chen viene de la ciudad de Yichang. Le gusta la literatura española, y la gallega. «Me encanta Manuel Rivas -dice-, sobre todo después de ver La lengua de las mariposas».

Leyuan Chen eligió Santiago porque «la vida es barata y el ambiente, tranquilo». De Galicia le sorprende «que las tiendas cierren los domingos. En China está todo abierto».

En general, a los estudiantes les atrae la historia que tiene detrás la universidad compostelana. «Quería un sitio antiguo, con tradición», afirma Rosa, mientras Blanca precisa que eligió Galicia «porque en mi facultad, en China, teníamos un libro sobre el Camino de Santiago».

Por lo demás, todo un hallazgo «que haya arroz en España. ¡Menuda alegría me llevé!», confiesa Rosa, que se enorgullece de «haber aprendido a hacer pulpo». A Blanca, lo que más le llama la atención es «lo tarde que se levantan los españoles», que la gente sea tan abierta y que se acepten «los hijos sin casarse. En China, impensable».