El carnaval gallego dicta sentencia contra los escándalos políticos

a. lago / j. m. garcía REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Los ancestrales felos recorrieron las aldeas de la sierra de Maceda

10 feb 2013 . Actualizado a las 22:58 h.

El sol regresó a Galicia coincidiendo con el primer día grande del carnaval para hacer lucir los numerosos desfiles y comparsas que se celebraron en la comunidad. Este año, con un nexo común: un sarcasmo implacable contra la corrupción política. Ni Rajoy, ni Rubalcaba, ni Urdangarín ni Bárcenas, ni siquiera el rey se libraron de las iras del pueblo, que dictó sentencia con sus disfraces, pancartas alusivas... y hasta guillotinas.

La más espectacular, en Narón (en la imagen superior), donde el tradicional desfile de comparsas terminó en el Pazo da Cultura con un reñido concurso.

En A Coruña desfilaron 1.000 figurantes en 50 carrozas y aunque ninguna aludió a la corrupción -las comparsas llevan meses trabajando en su espectáculo- sí se paseó por el Cantón un rey cazador y un Rajoy con sobre. Y en las calles de Negreira tuvo lugar un encuentro improbable: Luis Bárcenas y Manuel Fernández Castiñeiras Chispas, el ladrón del Códice Calixtino.

En cuanto al carnaval más tradicional de Galicia, el de la provincia de Ourense, Maceda recuperó una vez más la estampa del felo, la máscara de este municipio. Decenas de ellos recorrieron las aldeas de la sierra de San Mamede para animar las calles. Los pocos vecinos que quedan en los pueblos invitan a bica y licores. El felo, estilizado, es el último vestigio del carnaval rural en esta zona, donde se considera una máscara viril, tradicionalmente puesta por jóvenes solteros. Hoy la visten hombres de todas las edades y también mujeres.