La huelga de la enseñanza, que se desarrolló desde infantil a la universidad, comenzó de madrugada con encierros en centros educativos de toda España. Después llegó el paro en los colegios y las manifestaciones y concentraciones en las ciudades. Sin embargo, a pesar de que la movilización afectó a millones de personas, la tranquilidad fue la tónica general del día. Para los convocantes, tanto el número de participantes como su voluntad hicieron de la jornada de ayer «un éxito rotundo».
Solo hubo algunos incidentes, menores y puntuales. Por ejemplo, en Valencia, dos policías locales resultaron heridos leves tras un altercado con estudiantes que pretendían incendiar contenedores y neumáticos; y la Policía Nacional detuvo a tres menores por lanzarles objetos. También en Jaén hubo una detención, de un joven que agredió a un policía al finalizar la manifestación de la mañana.
En Sevilla la universidad estaba tomada por los alumnos; la policía reconoció que unos 5.000 profesores se manifestaron en Palma; y Barcelona se echó a la calle -100.000 personas según la organización, diez veces menos según la policía- para cantar frases como «No sobran maestros, sobran ministros» o «No, no, no a la privatización». En Madrid, la jornada terminó con una pitada de cinco minutos que la marea verde -el color de las protestas contra los recortes educativos- dedicó a Wert, al igual que la consigna «Esta reforma la vamos a parar».
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