Fiestas populares, precios impopulares

SOCIEDAD

Los feriantes dicen que los «crujen» y que no pueden poner la ficha a menos de tres euros, aunque procuran hacer bonos y ofertas.
Los feriantes dicen que los «crujen» y que no pueden poner la ficha a menos de tres euros, aunque procuran hacer bonos y ofertas. xoán carlos gil< / span>

Las fichas a tres euros convierten las atracciones en un dispendio

24 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Cangas do Morrazo (Pontevedra), Festas do Cristo. Una demostración más de que tres euros no cunden, ni por asomo, lo que daban de sí quinientas de las viejas pesetas. Los feriantes de Cangas, como ocurre en la práctica totalidad de las verbenas gallegas, se han instalado en los tres euros por viaje «porque no nos queda más remedio», dice Alicia, propietaria del Mini Scalextric Jovana. Y conste que los primeros perjudicados son los que se dedican a esta actividad, pero los costes no dejan otra opción.

Joaquín y Obdulia son de Cangas. A última hora de la tarde están al cargo de dos nietos que han venido de visita desde San Fernando, en Cádiz. Joaquín se acoge a la oferta del Tren Popof y desembolsa cinco euros para que los niños viajen en el pequeño convoy de acero inoxidable. «Yo ya sé que hoy no me va a salir la tarde por menos de doce euros, y si te tomas algo, suma y sigue». Obdulia cree que con dos euros por cabeza sería más que suficiente, pero también se muestra comprensiva con la vida ambulante y nada fácil de los feriantes y, sobre todo, con lo que pagan por trabajar. Queda claro que los abuelos son los que salvan la caja de las atracciones. Pedro, cacereño, y su mujer, Guillermina, que es de Arbo, están al cargo de tres nietos y eso triplica el gasto: «Se puede hacer un día, pero no más» dice la mujer tras pasar por taquilla. Roberto, que lleva quince días con su familia en Liméns, acaba de soltar tres euros por cabeza para que su descendencia disfrute de un rato de saltos estratosféricos en las gomas Jumpy, un tirachinas de personas. «Si me cobran tres euros en una ciudad grande lo puedo entender, pero ¿aquí?». Asegura este vasco que en Éibar, su pueblo, habría pagado la mitad.

Aunque las Festas do Cristo arrancaron ayer, muchos feriantes abrieron ya el jueves. Y la respuesta del público no fue la esperada. «Igual hay que replantearse algo», dice uno del sector que prefiere quedar en el anonimato.