Un soplo de aire fresco en Hollywood

maría piñeiro REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La protagonista de «12 años de esclavitud» es una sorprendente «mexikeniana»

22 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Lupita Nyong'o (se pronuncia algo parecido a Ñongo) es la actriz del momento. Protagonista femenina de 12 años de esclavitud, en la que tiene un papel tan dramático como lucido, ha pasado de ser alumna en la escuela de teatro de Yale a conseguir 38 nominaciones e imponerse en 27 de ellas. Pero, ¿quién es esta mujer que deja a todo el mundo boquiabierto y que puede llevarse el próximo Oscar?

Lupita tiene nombre mexicano porque, efectivamente, lo es, mexikeniana, como ella se define. Su padre, un político keniano, estuvo exiliado durante la dictadura Daniel Arap Moi, en los años ochenta, y era profesor de Ciencias Sociales en México, donde nació su hija, que recibió el nombre de Guadalupe en honor a la tierra que acogió a la familia Nyong?o. La niña realmente creció en su patria familiar, ya que con un año el grupo regresó a Naroibi, donde residió hasta los 16 años.

Entonces, los padres decidieron que volviese a México, esta vez para aprender español. De esta época guarda grandes tesoros: muchos amigos, un aceptable conocimiento del idioma y un amor incondicional por los tacos de carne asada, de los que da buena cuenta antes de acudir a una alfombra roja. Por cierto, es en este lugar donde Lupita ha terminado de fascinar al público. Su llegada a los Globos de Oro vestida de rojo Ralph Lauren -«¡Tenía una capa! Fue emocionante», recuerda la actriz- ha quedado en la retina de muchos espectadores, pero lo cierto es que cada vez que aparece en público, sorprende. Suele decantarse por vestidos sencillos de colores impactantes, que resaltan en su piel oscura. Nyong?o comenzó a comprar revistas de moda para prepararse para los grandes eventos de cine -«?tengo que investigar?, pensé», dijo al respecto- y aunque la primera vez acudió «aterrada» a una situación «muy estresante», ahora parece encantada en ese papel.

Lupita adora actuar desde que a los 14 años participó en una adaptación de Romeo y Julia en Nairobi. Desde entonces contó con el apoyo de sus padres -él (Peter) fue ministro y ahora es senador, mientras su madre (Dorothy) es la directora de la Fundación Africana del Cáncer-, que han fomentado en sus seis hijos la libertad para elegir la carrera que desean para que la «realicen con excelencia».

Después de sus pinitos iniciales, Lupita se fue a México a estudiar español -en los cursos para extranjeros de la universidad-, de ahí se trasladó a New Hampshire (Estados Unidos, cerca ya de Canadá) donde además de pasar verdadero frío por primera vez y descubrir que el color de la piel la calificaba -«en Kenia casi nunca se oye la palabra negro, y menos para describir a alguien», razona- recibió clases de teatro. Terminó sus estudios en la Universidad de Yale realizando un máster en interpretación. Regresó momentáneamente a Nairobi para protagonizar Shuga, una serie para concienciar sobre el VIH, que tuvo un gran éxito en su país. Después volvió a Estados Unidos, y actualmente vive en Nueva York con uno de sus hermanos.

Uno de sus primeros trabajos fue en el equipo técnico de El jardinero fiel, la película protagonizada Ralph Fiennes, que se rodó en Kenia. Ella habló de sus aspiraciones con el actor inglés, que le dijo que solo se convirtiese en actriz si sentía que no podía vivir sin hacerlo: «No era lo que yo quería oír, pero sí lo que necesitaba oír», explicaba recientemente la artista. La participación en 12 años de esclavitud fue un regalo para esta mujer que se considera un poco avestruz ante los problemas, pero que tiene un sentido práctico de la vida (su característico pelo corto se debe a que no quiere ir tanto a la peluquería).

A unos días de los Oscar, Lupita ya piensa en superar la resaca de esta temporada y en su siguiente película, Non stop, con Liam Neeson, que se estrena el viernes que viene.