Las marcas que acuden al certamen se olvidan de los coches eléctricos y apuestan por los crossover

juan ares GINEBRA / LA VOZ

SOCIEDAD

Los grandes protagonistas del Salón de automóvil suizo son los todocaminos conquistados para el asfalto

13 mar 2015 . Actualizado a las 20:39 h.

La gran apuesta del Salón de automóvil de Ginebra, cuyas puertas abrieron ayer para la prensa de todo el mundo, han sido los coches de filosofía crossover, los todocaminos conquistados para el asfalto. Una decena de primicias europeas de todos los tamaños anunciaba que el monovolumen ha muerto y que los incondicionales urbanitas apuestan por los coches de ruedas grandes y morros altos.

La fiebre eléctrica, acuciante hace cuatro años se ha convertido en apuesta por los híbridos que parece que va a perdurar en los próximos años. Y la otra tendencia es el regreso de los deportivos, casi todos ellos para bolsillos adinerados, lo cual es un buen síntoma de que la economía está cambiando.

La fiebre crossover se apodera de las moquetas de Ginebra. Para empezar Seat presentó un concept que muchos creían precursor del todocamino que no llegará hasta el 2016. El concept descubierto ayer era algo más grande pero contiene rasgos del compacto que saldrá a la venta y también de los Seat del futuro. Pero no estaba solo. Porque Hyundai también nos mostraba un Tucson que será el sustituto del ix35, Mazda hacía lo propio con un CX3 muy compacto, lo mismo que Honda con su HR-V, más pequeño que el CR-V y Renault tenía como estrella de su estand el Kadjar, a imagen y semejanza del Qashqai. Es la generación crossover que empuja fuerte.

Entre los deportivos, Porsche mostraba un impresionante Cayman GT4, mientras Alfa Romeo nos enseñaba la versión Spider, descapotable del 4C, un coche que cautiva. Tampoco faltaban a la cita los coches japoneses, con el NSX como estrella, aunque Lexus no se quedaba corto con su espectacular LF-SA, un concept con visos de hacerse realidad. Otra de los delicatessen de este salón venía firmada por McLaren con el 675LT, en realidad una vuelta más de tuerca a la anterior generación. Audi también regenera su R8 con una impresionante versión V10 para plantarle cara a los italianos, que en Ginebra casi juegan en casa y que tenían novedades en todos los estand de Lamborghini, Maserati y Ferrari.

Entre las marcas, el grupo PSA escenificó la separación de su marca DS, con estand propio y un nuevo frontal en el DS5, ya sin el galón de Citroën, mientras Opel presentaba un coqueto Karl urbano, otra de las tendencias más notables de este salón. Volviendo a Citroën, Galicia era protagonista con el reestiling aplicado tanto a la Berlingo como al Partner de Peugeot que se fabrican en Vigo. Volkswagen mostraba el Touran, una de las pocas novedades en el segmento monovolumen, mientras BMW redobla su apuesta por el Serie 2, esta vez en versión alargada bajo el nombre de Grand Tourer.

Ginebra nos devuelve a la realidad, que el automóvil sigue teniendo idénticas dosis de pasión y de razón.