Un tribunal de Colorado prohíbe a una pastelería no dar servicio a unos homosexuales

Jacobo Castro REDACCIÓN

SOCIEDAD

El pastelero alegó sus creencias religiosas para no dar servicio a la pareja, la cual demandó al dueño del establecimiento al entender que los discrimnaba por su orientación sexual

14 ago 2015 . Actualizado a las 19:31 h.

En 2012, Charlie Craig y David Mullins, una pareja de homosexuales, visitó la panadería Masterpiece, con el fin de que les hiciesen una tarta para su boda. El panadero se negó, alegando que sus creencias religiosas le impedían colaborar con un matrimonio homosexual. Los afectados, indignados, no dudaron en denunciar a Jack Phillips, al entender que los discriminaba por ser homosexuales. Un juez de derecho administrativo y después la Comisión de Derechos Civiles de Colorado dictaminaron que la pastelería incurrió en una discriminación ilegal.

Según el diario New York Times, este jueves, un tribunal de apelaciones de Colorado, ratificó esta decisión. «La corte ha dejado claro que esta discriminación está basada en una orientación sexual y no puede ser tolerada, incluso aunque esté motivada por la fe», ha afirmado Louise Melling, que se ha encargado de defender a la pareja homosexual. «Las libertades religiosas te dan el derecho a tener tus creencias, pero no a dañar a los demás».

Por su parte, la defensa del pastelero, ha remarcado que se encuentra en desacuerdo con la decisión y que apelará ante la Corte Suprema de Colorado. «Nuestro cliente no participó en una discriminación relacionada con una orientación sexual», ha afirmado Jeremy Tedesco, abogado de la defensa, perteneciente a Alliance Defending Freedom, un grupo legal cristiano situado en Arizona. El letrado ha dejado claro que negarse a colaborar con una boda homosexual no implica discriminar a un homosexual y que su cliente tampoco hace tartas para Halloween porque va en contra de su conciencia, ya que asocia esa fiesta con Satanás.

Según la defensa, para su cliente el decorar tartas «es una expresión artística» y ha acusado al tribunal de estar obligando al acusado a «violar sus creencias», lo que supone un «atropello» de los derechos de la Primera Enmienda de libertad expresión y religión. Pese a todo esto, el tribunal que juzgó al pastelero, entiende que el matrimonio entre las personas del mismo sexo está directamente relacionado con su condición de ser homosexuales, por lo que el panadero incurrió en una discriminación ilegal. Por otra lado, ha rechazado el argumento de que vender una tarta a una pareja homosexual haga que el derecho a tener sus creencias esté por encima de la ley de antidiscriminación.

Este es uno de los numerosas decisiones que están teniendo lugar en el país. aplaudidas por los defensores de los derechos civiles y criticadas por los conservadores cristianos. Estas situaciones han creado un auténtico debate social, que se intensificó desde que la Corte Suprema decidiese en junio establecer el matrimonio entre personas del mismo sexo como derecho constitucional.