El romanticismo de las formas y tejidos se adueña de la pasarela

celia sierra, carmen martín MADRID / EFE

SOCIEDAD

Los volúmenes elegantes protagonizan la jornada de la Madrid Fashion Week

20 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Hay un tipo de amor en la vida que es para siempre, que permanece en el tiempo», así lo cree Ana Locking, que preparó una colección con prendas que evocan su faceta más romántica, mientras que Amaya Arzuaga convirtió los gélidos diseños de Eero Saarinen en delicados vestidos tridimensionales.

«Es importante recordar que todo lo que hay en la vida es caduco, la muerte lo hace en momentos puntuales, y eso, irónicamente, nos hace valorarla», señaló Locking, que se dejó guiar por esta reflexión en Foreva, una de las colecciones más destacadas ayer en la segunda jornada de la Madrid Fashion Week.

Tejidos ricos

Medio centenar de salidas, una decena de hombre, dibujaron un minucioso retrato de la compleja reflexión de Locking, la candidez marcada de una falda con volantes rosa, acompañada por una blusa nude, era confrontada por el naranja butano de un sinuoso vestido en tela plisada. «Hay cuatro trajes naranjas, son señales de advertencia, momentos en que algo pasa y la vida te da un vuelco», advertía. Con ese afán romántico, Locking recuperó tejido ricos, como el chantilly con el que confeccionó vestidos con flores cortadas a tijera.

La burgalesa Amaya Arzuaga tomó el testigo romántico, con una exhibición de vestidos de volúmenes imposibles, inspirados en los edificios de Eero Saarinen.

Los delicados volúmenes del arquitecto finlandés elevaron cuellos, mangas y faldas, hasta desdibujar, en algún caso, la silueta tradicional del vestido. «Es mi colección más romántica, he trabajado tejidos muy tecnológicos y los he acompañado con tules y neopreno», detalló la diseñadora, que en esta ocasión presentó superposiciones, volantes y plisados para delimitar la silueta.

Juanjo Oliva, color

De los patrones románticos de Ana Locking y Amaya Arzuaga, la pasarela viró hacia los bloques de color de Juanjo Oliva, que reservó su desfile en la programación de la FashionWeek Madrid para Elogy, la línea que firma para El Corte Inglés, porque tras un período «confuso», está a la búsqueda de un modelo de negocio que haga viable su trabajo de alta costura. El madrileño cree que el sector de la moda está «saturado» y por eso optó por concentrar su propuesta en una colección de 25 vestidos, la pieza «fetiche» de su carrera. Un círculo cromático que comenzaba en negro y acabó en blanco guio la propuesta de Oliva, que pasó por tonos azul pato, verde lima, verde pradera, berenjena, amarillo limón y naranja teja.

Para terminar, Hannibal Laguna, más romántico de lo habitual e influenciado por la cultura española y la tauromaquia, creó Azabache, una serie de vestidos de noche que exhalan costura clásica, de manufactura artesanal, armados con tul, pedrería, encaje y tejidos nobles.