Algo se mueve en Hollywood. Las estrellas de cine han hecho del 2015 el año del cambio: el machismo en su profesión tiene los días contados
18 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.«Ninguna película española aprobaría el test de Bechdel», dice la secretaria de Igualdad del Sindicato de Actores de España, la gallega Berta Ojea. El test de Bechdel nació como un chiste en una tira cómica pero se ha convertido en todo un símbolo: una película tiene paridad si dos personajes mujeres hablan entre sí de algo que no tenga que ver con ningún hombre. Ojea expone con claridad cuál es la situación: en España ganan entre un 20 y un 40 % menos, tienen solo el 20 % de los papeles protagonistas (el 25 % si es el teatro) y «a partir de los treinta no existen».
Ella, que está impulsando la creación de Nora, una asociación en favor de la equidad en el cine español, recuerda que «la ONU dice que solo cuando las cifras superan el 33 % uno puede hablar de que estamos acercándonos a la igualdad». Hoy está lejos de conseguirse en España.
Pero fuera la cosa no está mucho mejor. En Hollywood, Jennifer Lawrence se quejó hace una semana de que, siendo la actriz mejor pagada del mundo, recibía un 77 % menos sueldo anual que su homólogo varón, Robert Downey Jr. Y hace unos días, la actriz inglesa Siena Miller anunció que rechazaba un papel en una obra de teatro en Londres porque su partenaire, varón, cobraba justo el doble que ella. Y solo eran ambos los participantes en la obra.
Con la crisis, dice Berta Ojea, las mujeres están teniendo algo más de trabajo porque «los empresarios prefieren pagar sueldos más bajos» y ellas se conforman. ¿Es eso cierto? María Vázquez, la viguesa que daba vida a Iria en Padre Casares, cree que en España la diferencia no es tanto el sueldo como la carrera: «Tenemos menos papeles, menos interesantes. Y a partir de los 30, desaparecemos». Reconoce que en ese sentido «Galicia es una excepción, porque hay muchos papeles femeninos de muchas edades, y se demuestra que eso funciona». A nivel nacional -ella que ha participado en Ana y los 7, Al filo de la ley o en Hospital Central- cumplir años es una maldición para las actrices. Considera que en parte se puede deber a que los directivos de las cadenas son hombres y creen que con caras frescas interpretan el gusto de la audiencia.
Con mujeres, más rentables
Berta Ojea hace una reflexión al respecto: «Algunos productores aceptan una serie, o una obra de teatro, con mujeres, pero suelen ser muy baratas, con menos recorrido y además, ellas acaban hablando siempre de hombres».
En cambio, la estadística les puede demostrar que están equivocados. Un blog americano (fivethirtyeight.com) analizó 1.615 filmes estrenados entre 1990 y 2013, y descubrió que aquellos que aprueban el test Bechdel -se incluían los que tenían diálogos de 5 segundos- tenían mejor retorno de la inversión que los que no lo hacen, y la cinta de dibujos Frozen es un claro ejemplo de ello. También descubrieron que el presupuesto de las películas paritarias era inferior a los de los títulos tradicionales.
La calidad de los papeles es objetivamente peor. De las 250 películas más taquilleras el año pasado, solo el 17 % estaba protagonizadas por mujeres. Y de los personajes femeninos muchas veces el centro son las emociones. En España pasa lo mismo, incluso entre gente joven. Sheyla Fariña (Serramoura), que ahora es protagonista en Acacias 38 en La 1, reconoce que «los personajes femeninos estamos más expuestos al cliché, tenemos que llorar más, por ejemplo». Pero ella la verdadera diferencia hombres-mujeres la ha notado «en los cánones de belleza. En el caso de las mujeres es absolutamente irreal». Y cuenta que «cuando vas a un evento, tu compañero se pone unos vaqueros, una camiseta y una americana y va estupendo, y tú tienes que llevar siempre, siempre, tacones».
Apoyo a Inma Cuesta
Por eso apoya, igual que María Vázquez, a Inma Cuesta, que denunció la manipulación de su imagen en una foto para reducirle la cadera, afinarle los brazos y alargarle el cuello: «Creo que tenemos una responsabilidad social -apunta Fariña- y no debemos crear modelos imposibles de copiar».
El diagnóstico parece claro, pero ahora falta saber si hay posibilidad de cambio. La posición de las estrellas de cine, las que ganan millones de dólares cada año, sirve de locomotor, y si Hillary Clinton apoyó a Arquette es muy probable que las cosas acaben mejorando. Porque Arquette y Lawrence no están solas, ni mucho menos. Meryl Streep, Emma Watson, Reese Witherspoon, Maggie Gyllenhaal, Lena Dunham, Toni Collette, Ellen Page, Geena Davis, Claire Danes, Emma Thompson, Kate Winslet, Keira Knightley, Cate Blanchett, Eva Longoria y Amy Poehler son algunas de la larga lista de mujeres que defienden ser tratadas con la mismo consideración y respeto que a los hombres.
No sin los hombres
Y los hombres. Bradley Cooper, por ejemplo, coprotagonista de Lawrence en El lado bueno de las cosas y la Gran estafa americana, aplaudió la valentía de la actriz y dijo apoyarla en sus reivindicaciones. Y en España el vicepresidente de Nora es Daniel Freire (Águila roja, Amar es para siempre) porque «sin los hombres no hay igualdad», recalca Ojea.
Una carrera de fondo
El inicio: 2002
«Buscando a Debra Winger». El documental de Rosanna Arquette (hermana de Patricia) sobre la desaparición de las actrices de 40 años pasó unos años sin pena ni gloria, pero poco a poco fue llegando al público.
Febrero 2013
Machismo de Oscar. El número We saw your boobs (Vimos vuestras tetas) sirvió para que las actrices se diesen cuenta de que el machismo no era cosa del pasado. Y reaccionaron.
Globos de Oro 2014
#AskBetterQuestion (hagan mejores preguntas). Amy Poehler creó este hashtag en Twitter para denunciar que a las actrices siempre se les preguntaba, en la alfombra roja, por sus vestidos y a los actores, por sus películas y proyectos.
Enero 2014
Cate Blanchett estalla. Pocos días después, en la gala de los premios del Sindicato de Actores, Blanchett le soltó a un cámara «¿Esto también se lo haces a los tíos?». Era la moda de la cámara que analizaba manicuras.
Febrero 2014
#AskHerMore (Pregúntele algo más). En la línea del anterior, en la siguiente alfombra roja el descontento se fue generalizando y hoy es una «filosofía».
Febrero 2015
El punto de inflexión. Patricia Arquette ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto por Boyhood y lanzó un discurso feminista que puso al star-system del revés pidiendo igualdad entre actores y actrices. Hillary Clinton salió en su favor.
Septiembre 2015
Mujer y negra, doble discriminación. Viola Davis ganó un Emmy por su papel en ¿Cómo defender a un asesino? y aprovechó para reivindicar a las mujeres negras, que sufren una doble discriminación.
Octubre 2015
La carta de Jennifer Lawrence. La actriz de 25 años es la mejor pagada del mundo: 45 millones de euros al año, pero el actor que más gana (Robert Downey Jr.) se lleva 70. Ella se quejó en el blog de Lena Dunham y reconoció que si no lo había hecho antes era por miedo a ser tachada de «difícil».
Octubre 2015
Inma Cuesta exige respeto. La marea feminista no se limita a Hollywood. En España, esta semana la actriz Inma Cuesta (Águila roja) denunció que una imagen suya fue retocada en exceso con Photoshop, convirtiéndola en una mujer irreal.