Alberto Chicote, sobre el colegio María Mariño: «Triturar una empanada gallega para dársela a comer a una persona no es opinable»

Mónica Pérez
M. Pérez REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El cocinero recogió las denuncias de los padres del centro de educación especial de A Coruña sobre la deficiente alimentación de los niños que asisten a él

17 may 2019 . Actualizado a las 15:56 h.

Alberto Chicote regresó el miércoles a La Sexta con el estreno de ¿Te lo vas a comer?, la segunda temporada de este programa de denuncia en el que el cocinero revisa los menús y las condiciones de las cocinas de colegios, hospitales, comedores sociales y residencias, entre otros. El chef, que se hizo famoso por intentar salvar de la ruina restaurantes en la versión española de Pesadilla en la cocina, confesó que las grabaciones de este espacio han sido muy duras. «Me he pasado dos meses llorando», confesaba en El Hormiguero hace unos días a Pablo Motos. «Creo que buena parte del trabajo que hacemos en ¿Te lo vas a comer? es ir a pedir explicaciones a quien corresponde», explicaba, para apostillar a continuación que «lo más flipante es que la gente que es la mayor responsable de esto no tiene ni puta idea». Y en el primer programa Alberto Chicote visitó varios centros de educación especial públicos, para revisar cómo se come y si los menús se adaptan a las diversas necesidades de los niños que asisten a ellos. El cocinero aseguró que han recibido más de mil denuncias y que entre ellas han escogido los casos que protagonizan la segunda temporada de ¿Te lo vas a comer?.

Uno de los casos que recogió el programa fue la denuncia de un grupo de padres que tienen escolarizados a sus hijos con altos grados de discapacidad en el colegio María Mariño, de A Coruña, dependiente de la Xunta de Galicia. Aseguran que llevan tiempo quejándose de las deficiencias en sus instalaciones, carecen de comedor propio y los niños, todos con algún tipo de diversidad funcional, tienen que ir diariamente a un centro de personas adultas con discapacidad, con el que comparten el menú. Los padres aseguran de que se trata de un menú que no tiene en cuenta las necesidades de los niños.

«Mario va a un colegio de educación especial. Es un colegio público. Durante todo el curso escolar, el centro alterna el mismo menú, una semana sí, una no. Solo hay dos menús. Mario no mastica apenas y es el mismo menú para él, asegura su madre, quien añade que la única diferencia es que se lo trituran. Aquí es donde nacen los problemas ya que atragantarse, para Mario, puede suponer consecuencias que no tienen arreglo».

El caso de Mario, un niño de Arteixo, es uno con los que Alberto Chicote ejemplifica las dificultades que afrontan los menores día tras día. «¿Cómo trituras una paella, una tortilla de patatas, las varitas de merluza o un filete empanado como la milanesa?», pregunta Chicote a la madre, en el avance del programa. «Eso mismo me pregunto yo, pues no comerá casi nada ese día», lamenta la madre.

El caso del María Mariño no es el único que denuncia el programa. Alberto Chicote solicitó permiso para entrar a grabar los menús y las instalaciones de colegios de educación especial en once comunidades autónomas, pero en todas le denegaron el permiso. El cocinero también recibió largas durante semanas desde la Xunta de Galicia, y al no conseguir que nadie le recibiese incluso se plantó en las puertas de San Caetano. Durante la emisión del programa se puede escuchar una llamada que realiza a la consellería de Educación, donde pide reunirse con Jesús Oitavén, secretario xeral de Educación, pero le dicen que está reunido. «Entiendo que la gente se reúna para cosas importantes, pero, al final, me va a atender antes la Casa Real o la presidencia del Gobierno», le responde Chicote indignado, añadiendo además que lleva «toda la semana escuchando lo mismo».

En la siguiente llamada, en la que solicita hablar con la conselleira de Educación, Carmen Pomar, la respuesta es similar, no está disponible. «Dígale a la consejera que es un tema importante y cuando a uno no le responde nadie, empieza a pensar que todos quieren escurrir el bulto», le responde a la persona que le atiende en esta ocasión. Finalmente al cocinero le responden que nadie puede atenderles en lo referente a este tema pero que cuentan con toda la documentación y quedan pendientes de avisarles. «Me quedo con la sensación de que es lo mismo que le dicen a los padres que piden mejoras a sus hijos desde 2014», reflexiona Chicote, visiblemente molesto.

Finalmente, Alberto Chicote logra que algún responsable de la Xunta de Galicia los reciba para hablar de la situación del colegio María Mariño. «Cuatro semanas después de la primera llamada que hice para solicitar una entrevista con un responsable del colegio de educación especial María Mariño la Xunta ha decidido atendernos, nos va a recibir el delegado territorial de la Xunta en A Coruña, Ovidio Rodeiro», explica Chicote. Al entrar le saluda y le pregunta al político cuál es su cargo. Ante la respuesta de Rodeiro, Chicote le dice: «Eso te pone muy arriba de la pirámide política». «Es un puesto de carácter transversal», puntualiza Rodeiro.

A continuación Chicote le muestra los vídeos con las quejas de los padres de los niños que asisten al María Mariño. «¿Te sale la sonrisa viendo esto?, pues son quejas que le ponen a uno los pelos de punta y nadie les hace ni puto caso», le espeta Chicote al delegado de la Xunta.

Rodeiro apunta de todo lo que ha visto y escuchado «es opinable». «Triturar una empanada gallega para dársela de comer a una persona no es opinable», le responde el cocinero. «De estos menús se elaboran un total de 16 dietas distintas adaptadas a cada usuario», le explica Rodeiro. «No en este colegio», responde Chicote en una reunión muy tensa. «Esto, delegado, no es lo que reciben los niños en el cole», asegura el cocinero, que a continuación propone a Rodeiro visitar las instalaciones del María Mariño juntos. El cocinero insiste: «Lo que enseñan los padres es verdad, les han pasado un menú de verano y de invierno y son los mismos». Y termina aconsejando al delegado: «No crea todo lo que le digan, que se la están colando».

Desde la delegación territorial de la Xunta en A Coruña defienden «el trabajo de los profesionales que trabajan en el centro». Aseguran que visitaron el centro para ver cómo se trabajaba en él e insisten en que «todos los menús están supervisados y controlados por un médico». Añaden que van a «escuchar las quejas de los padres por el tema de la variedad de los menús, que siempre puede haber ámbito de mejora». Aseguran que incluso encargaron un informe externo que «reiteraba que el menú era equilibrado y que sí existen 16 tipos de dietas diferentes». Además recuerdan que en los últimos 20 años «no ha habido ninguna incidencia alimentaria». 

¿Te lo vas a comer? obtuvo en su estreno un 8,6 % y congregó 1.284.000 de telespectadores, que siguieron el programa. 

Feijoo pide un informe «pormenorizado»

El presidente de la Xunta informaba este jueves tras el consello de la Xunta de que ya ha pedido a la Consellería de Educación un informe «concreto y pormenorizado» de las quejas vistas en el programa de Chicote. Aunque Feijoo reconoció que no había visto el programa, aseguró que «cuando hay una crítica hay que tomar nota y, en segundo lugar, saber lo que pasa y lo que ha pasado, y si ha pasado algo de forma incorrecta, que no vuelva a pasar».

«Si alguien se queja será como consecuencia de que alguien se siente tratado de forma inadecuada. Por consiguiente, hemos de verlo y hemos de ajustar si hay alguna conducta inadecuada», ha recalcado antes eso sí, de darles «un voto de confianza» a «todos los empleados públicos» porque tal y como ha recordado, los menús de los centros «están controlados por profesionales».

Los otros casos gallegos que revisó «¿Te lo vas a comer?»

En ¿Te lo vas a comer?, producido por Cuarzo y emitido por La Sexta, Chicote indaga en los procesos de alimentación y consumo que afectan directamente al ciudadano y lo hace tirando del hilo de diversas denuncias reales. En las seis entregas de su primera temporada, estrenada el pasado 17 de octubre, el chef hizo al menos tres paradas en Galicia: la primera, en el Hospital do Barbanza, de donde se fue sin lograr ninguna explicación a las múltiples quejas de pacientes, familiares y trabajadores sobre la comida que se sirve en el centro; después, en la romería vikinga de Catoira, donde sacó los colores a las fiestas populares gallegas -el cocinero comprobó cómo algunos de los productos no se conservan en condiciones adecuadas-; y finalmente, en la última entrega, emitida el 21 de noviembre, el madrileño se acercó hasta Vigo, concretamente hasta el puerto y uno de los restaurantes de la ciudad, en busca del punto exacto en el que se produce el fraude del mero.