
TVG estrena esta noche (22 horas) «Ecce Perdomo» en el que el cómico interpreta a distintos personajes
25 jun 2019 . Actualizado a las 16:37 h.En los bares, el humorista David Perdomo es de los que se sientan discretamente, observando. De la contemplación obtiene los recursos para transformarse en personajes como su famoso Koruño, que, en contra de lo que algunos piensan, no es como él. Televisión de Galicia estrena esta noche, a las 22 horas, Ecce Perdomo, un programa de Voz Audiovisual en el que, por primera vez como conductor y protagonista, demostrará las mil y una caricaturas que lleva dentro. Se meterá en la piel de estereotipos de la sociedad gallega como marineros, folkies, pijos, vaqueros, adolescentes... para parodiarlos y descubrirlos. «Solo espero que nadie se ofenda, porque cada vez que digo buenos días ya se ofende alguien», asegura.
-¿Cómo ha sido para usted la experiencia de grabar «Ecce Perdomo»?
-Es el hijo de una colaboración que hice para el programa de Vaya V, de V Televisión. En ella hacía vídeos que al principio iban a ser solo del Koruño, pero después se me ocurrió que era mejor hacer diferentes personajes. Y ahora, como el ave fénix, aquellas cenizas que yo creía apagadas resurgieron y hemos hecho este nuevo programa para el público de Televisión de Galicia, pero sin perder el toque macarra ni la frescura del formato. Para mí fue muy interesante a nivel humano, porque para hacer cada sketch hice un trabajo de campo conociendo a gente de ese grupo social. Conocí a personas fantásticas y fue muy enriquecedor a nivel personal. También me di cuenta del peso que te cae sobre los hombros cuando es tu programa, con tu cara y tu nombre, porque eso te exige una responsabilidad mayor.
-¿Qué cosas descubrió de la gente y de sí mismo?
-Nuestro leit motiv toda la vida ha sido eso de que todo el mundo es bueno, como decía Manuel Summers. Todos somos humanos y si conoces a la gente y empatizas con ella te das cuenta de todos somos todo el mundo. Lo que pretendíamos era romper prejuicios, aunque en el programa existe la comedia porque trabajamos con el tópico. No pretendemos hacer un estudio sociológico. A nivel personal aprendí algunos aspectos que me tocan muy de lejos, como el mundo de las orquestas, de recoger grelos o de ser aficionado al fútbol. He descubierto cosas que me han gustado mucho, como montar a caballo e incluso jugar al golf.
-Si no fuera David Perdomo, ¿quién le gustaría ser?
-Suena muy egocéntrico, pero me encanta ser quien soy. En el fondo no me gustan nada este tipo de preguntas, porque estoy de puta madre. No me gustaría ser nadie más. Ser quien soy y, aunque suene ñoño, seguir aprendiendo todos los días. Ser un pabellón auditivo gigante que va captando los estímulos alrededor... ¿Ves? Como anduve con tíos que hacían yoga, ¿ves como estoy más espiritual? Como mucho me gustaría ser Beyoncé o Madonna, una gran diva de esas que salen a un estadio, solo por ver qué se siente.
-¿Su experiencia cada semana como colaborador de «Land Rober» es una escuela para afrontar este primer programa propio?
-Es una escuela y te provee de armas para otras cosas. Yo he visto a actrices y gente del espectáculo venirse abajo en el programa. Land Rober es una plaza muy complicada, porque es un género a mayores en la televisión. Es como un patio de juegos y te da tablas a la hora de hacer televisión en directo. Parece mentira que diga esto, pero no soy un hombre de tele. La razón por la que me metí en interpretación es porque me gustaría hacer cine. Los referentes con los que me he criado son Marlon Brando, Montgomery Clift... Con la comedia me choqué un día y descubrí que era gracioso y que tenía facilidad. Pero de la televisión me asustó siempre el nivel de exposición que tienes y que vas al supermercado o a la farmacia y te conocen. Es mi mayor miedo, siendo yo un tipo bastante tímido, aunque parezca que no. Pero por lo demás estoy encantado porque vivo de lo que me gusta.
«Las señoras son las más punkis del mundo»
De todos los prototipos que David Perdomo va a afrontar en su programa, para el estreno de esta noche ha elegido a «las señoras».
-¿Qué personaje de los que ha hecho le ha sorprendido más?
-Con los demás personajes descubrí mucho, pero el de las señoras es un mundo del que creemos que lo sabemos todo. Tengo la teoría de que las señoras son las más punkis del mundo, porque, además de ser las que mejor improvisan y las que más contenidos generan, tienen la capacidad de pasarse las normas por el arco del triunfo con aquello de que son campechanas. Fue el capítulo en el que mejor me lo pasé con las invitadas, porque son de otra liga. Es un personaje que llevábamos mucho tiempo con ganas de hacer. Las señoras son las mejores. Por la calle me dicen: «Ay, ¡qué guapo eres! En la tele no sales tan guapo». Y yo les digo que en la tele salgo hecho un androyano. No estoy para salir bien o mal, ser guapo o no, estoy haciendo comedia.
-¿Le gusta salir a la calle y que lo reconozcan?
-Sí, sí me gusta, pero para mí salir en la tele es un trabajo como otro cualquiera. Entiendo que hay una exposición pública necesaria. La gente te abraza y te da besos y es una maravilla, pero no tiene nada de especial. Llego a mi casa y me olvido. Me sorprende cuando voy a tomar un café y el camarero, que no me conoce de nada, me llama por mi nombre. Y entonces me digo: «¡Hostiá, David, curras en la tele!». Tú no convives con tu yo popular. Pero no molesta que la gente te agradezca que les hagas de reír. Me molestan las faltas de respeto o que piensen que los cómicos somos cómicos las 24 horas.
-Nadie diría, por sus vídeos, que es usted un tímido.
-Pero fíjate que en los vídeos en la calle yo no interactúo con la gente. Dirigí durante mucho tiempo a actores de cámaras ocultas en un programa en TVG y yo era el Pepito Grillo que les hablaba al oído para decirles lo que tenían que decir. Pero me costaría un montón estar del otro lado, porque empatizo con la gente. Otra cosa es cuando salgo haciendo un personaje, porque ahí no soy yo y esa es una defensa brutal. No te planteas si estás haciendo el ridículo.