Amigos de cine

María Doallo Freire
María Doallo CORONAVIRUS

SOCIEDAD

23 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A mí el confinamiento no me gusta, pero lo llevo con el mayor optimismo del que soy capaz e intentando pasarlo y pensarlo solo de día en día. De día en día. Lo que más me estoy regalando son sesiones de cine clásico a diario, algo para lo que nunca disponía de tiempo porque la actualidad en las salas me reclamaba más. Además de emborracharme de Jack Lemmon, Marlene Dietrich, Gregory Peck, el guapísimo Tony Curtis, Cary Grant, Hitchcock y, por supuesto, Billy Wilder, los findes en esta casa está permitido alquilar algún estreno. El sábado tocó Pequeñas mentiras para estar juntos, una peli de Guillaume Canet. Me enamoré de este tío en Quiéreme si te atreves y desde entonces no me he perdido ni uno solo de sus trabajos. En ésta, continuación de Pequeñas mentiras sin importancia, vuelve a reflexionar sobre la amistad y el amor de una forma caótica y extrañamente auténtica a partes igual, con sorprendente actuación del carballiñés José García incluida. Hacia al final hubo una frase que me descolocó: «Los amigos no están siempre, son las personas que están ahí cuando hacen falta». Uff. Como buena entusiasta, me encanta que el estado de alarma esté sirviendo para que muchísimas personas pongan al día sus relaciones. Que la videollamada grupal sea un deporte nacional es estupendo, pero lo cierto es que los amigos de verdad no solo tienen el papel de entretener y de reconfortar, de apoyar y de animar, también son testigos innegables de nuestras vidas y más allá de pelear en las malas, deberían tener un palco VIP para disfrutar de las buenas. Por eso, para mí, son sinónimo de siempre, y de familia. Y tú, ¿con quién vas a brindar en cuanto todo esto acabe?