Casado opta por la abstención tras admitir que Cs y el PNV han conseguido lo que él reclamaba

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

SOCIEDAD

Ballesteros | Europa Press

Abascal presiona al PP amenazando con una moción de censura

07 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El estado de alarma ha fragmentado el espacio político de la derecha. Después de votar los tres juntos a favor de la primera prórroga solicitada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han acabado cada uno en un casillero distinto. Ciudadanos en el sí, el PP en la abstención y Vox en el no. El movimiento de los naranjas, que por primera vez se alían con un Gobierno en el que está Unidas Podemos, constituye una amenaza para los populares ante la posibilidad de que se extienda a las comunidades en las que gobiernan en coalición con Cs. Pero permite también a Pablo Casado ocupar en solitario el espacio central del espectro de la derecha, entre un Cs deseoso de pactar con Sánchez para hacerse valer y un Vox instalado en el discurso más radical.

Después de que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, indicara que el Gobierno necesitaba «tiempo para organizarse» antes de levantar el estado de alarma, Casado optó por la abstención, sabedor de que la prórroga saldría. Pero lo hizo enarbolando el discurso más duro contra Sánchez desde el inicio de la crisis. Acusó al jefe del Ejecutivo de intentar «tomar como rehenes» a millones de españoles al ligar el mantenimiento de los ERTE a la prórroga del estado de alarma y de pretender «mantener poderes absolutos» buscando una «dictadura constitucional». «El caos es usted», concluyó, pero acabó justificando, sin embargo, su abstención en el hecho de que el acuerdo de Sánchez con Cs y el PNV ha sacado adelante en realidad las exigencias que hacía el PP en materia económica y de cogobernanza con las comunidades.

El PP ya no es decisivo

Pese a ello, Casado advirtió de que sería la última vez que lo haría. «Si no es capaz de encontrar en 15 días un plan B no vuelva a pedir lealtad a la oposición», le espetó al jefe del Gobierno, aunque lo cierto es que, si el Ejecutivo mantiene el apoyo de Cs y el PNV, el PP ya no es decisivo porque, incluso votando en contra, Sánchez tendría mayoría para sacar adelante nuevas prórrogas.

Santiago Abascal demostró que no solo no teme quedarse solo en el no, sino que se encuentra cómodo alejándose del PP, al que trata de presionar. El líder de Vox convirtió su intervención en el debate sobre la prórroga del estado de alarma en un durísimo ataque ideológico contra el Gobierno. «Han muerto con la crisis del coronavirus más gente de la que asesinaron sus ídolos en Paracuellos», llegó a decir. Pero Abascal sorprendió al amenazar con encabezar una moción de censura contra Sánchez «para que se sepa con nombres y apellidos qué diputados apoyan a este Gobierno ruinoso». «La responsabilidad es del primer partido de la oposición. Pero, si la delega, quizá tenga que ejercerla otro grupo», señaló. Una posibilidad que, aunque no tendría ninguna opción de salir adelante, pondría al PP y a Ciudadanos en la tesitura de tener que votar a favor de Pedro Sánchez.