Corea del Sur vive un rebrote originado en clubs nocturnos

Noelia Silvosa
NOELIA SILVOSA REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Atlas TV

Parte de los casos se localizaron en locales de ambiente, lo que hace temer que aflore la homofobia en el país

04 jun 2020 . Actualizado a las 18:40 h.

Todo empezaba a sonreírle de nuevo a Corea del Sur. El inminente regreso a las aulas, la reapertura de museos e incluso la reactivación del fútbol dejaban cada vez más lejos su segundo puesto en el ránking de los países más afectados por la pandemia. Sus casi 11.000 contagios y 256 muertos parecían ya cosa del pasado, y las autoridades no hacían más que confirmar el éxito de su modelo de rastreo sin confinamiento, un escenario que logró sacudir el miedo de la población y que, incluso, muchos retomasen el ocio nocturno. Itaewon, la zona de fiesta por excelencia de Seúl, volvió a abrir las puertas de sus bares y sus discotecas. La carrera hacia la nueva normalidad transcurría plácidamente hasta que, como en su día ocurrió en la ciudad china de Wuhan, la detección de un solo positivo obligó a frenar y a cerrar a cal y canto todos y cada uno de los más de dos mil negocios de la zona.

Un hombre de 29 años que estuvo hasta en cinco de esos locales en la madrugada del sábado 2 de mayo dio positivo cuatro días después. El primer eslabón de una nueva cadena en el país, que reportó ayer 35 contagios —la mayor cifra en un mes—, de los cuales 29 corresponden al nuevo brote, que ya suma 85. Desde el 12 de abril no se registraban más de 30 contagios en Corea del Sur, que incluso atravesó tres días seguidos con menos de 10 positivos diarios, ninguno de ellos local.

De las más de cinco mil personas que acudieron entre el 30 de abril y el 5 de mayo a los locales nocturnos de Itaewon —que registraban los nombres y teléfonos de todo el que entraba—, han sido localizadas alrededor de 2.400, según reveló el alcalde de Seúl, Park Won-soon, y se estima que 1.982 personas pudieron dar datos falsos al tratarse de establecimientos ligados a la comunidad LGTBI, fuertemente discriminada. Por este motivo, las autoridades surcoreanas han enviado mensajes a todos los números del país pidiendo que aquellos que visitaron los cinco establecimientos en esas fechas se sometan a test PCR y se aíslen 14 días aunque den negativo.

Fisuras del sistema de rastreo

El sistema de rastreo del Gobierno obligó en febrero a toda la población a descargarse en el móvil una aplicación GPS con un formulario a rellenar en caso de notar síntomas. Después, un funcionario contacta con el usuario para hablar sobre todos sus movimientos y las personas con las que ha mantenido contacto. Además, las autoridades emplean registros de tarjetas de crédito y sistemas de videovigilancia para seguir el rastro de sus ciudadanos, a los que envían alertas para que sepan si hay algún infectado en su barrio. Sin embargo, este sistema de recopilación masiva de datos que hasta el momento se presentaba como la clave del éxito de Corea del Sur, comienza a mostrar las fisuras propias de su choque con las libertades individuales. Y es que el hecho de que los cinco locales en los que estuvo el primer caso detectado del rebrote sean frecuentados por la comunidad LGTBI, hace que muchos se muestren reacios a renunciar a su privacidad en un país en el que el colectivo homosexual sigue estando fuertemente estigmatizado.

Víctor Salgado, del bufete Pintos & Salgado Abogados, especializado en tecnologías de la información y en protección de datos, se muestra reacio a los sistemas de rastreo por geolocalización y aboga por otros más respetuosos con la privacidad. «Para implantar un sistema de rastreo en Europa tienen que darse los principios de efectividad, sobre la que no hay un consenso científico, y de proporcionalidad, para ceder los datos que resulten estrictamente necesarios y no dañar el derecho a la intimidad, a la privacidad y al honor, como ocurre en este caso», indica el letrado, que se muestra más partidario de funcionalidades como la que están desarrollando Apple y Google: «Funciona con Bluetooth y no revela dónde estuviste. Solo recoge los datos de las personas con las que has estado un tiempo mínimo determinado en un rango inferior a 5 metros y, en el caso de que des positivo, les envía una alerta con la fecha en la que han mantenido ese contacto con un caso de coronavirus, sin revelar tu identidad ni el lugar en el que os visteis». Activar la app y mantener operativo el Bluetooth dependería de la buena voluntad, pero no habría obligatoriedad para ello. «Es la fórmula menos lesiva», señala Salgado.