Completada con éxito la misión de la Crew Dragon por parte de la agencia espacial estadounidense y la compañía de Elon Musk: se ha acoplado este domingo a la Estación Espacial Internacional tras ser lanzada el sábado desde Cabo Cañaveral (Florida)
31 may 2020 . Actualizado a las 20:00 h.El despegue este sábado del cohete Falcon 9 de la compañía privada SpaceX ha supuesto el principio de la comercialización de la órbita terrestre en lo que se espera que sea «la nueva era espacial» y el regreso de las misiones a la Estación Espacial Internacional (EEI) desde suelo estadounidense después de nueve años de ausencia.
Los astronautas de la NASA Douglas Hurley y Robert Behnken pusieron rumbo a la EEI a bordo de la cápsula Crew Dragon para certificar el sistema de vuelo de la empresa SpaceX, fundada por Elon Musk, generando una expectación entre la población que no se veía desde hacía años.
La misión Demo-2
Esta misión, cuya primera parte ha concluido cuando la cápsula atracó este domingo en la EEI 19 horas después del despegue, es la prueba final del programa de vuelos espaciales comerciales que comenzó cuando la NASA otorgó en 2014 sendos contratos a SpaceX y Boeing para la comercialización de la órbita terrestre para abaratar los costes de los viajes espaciales.
Los astronautas permanecerán en la EEI entre 6 y 16 semanas durante las que pondrán a prueba los sistemas de la cápsula Crew Dragon con la que tendrán que retornar sanos y salvos a casa, tras lo cual comenzarán las misiones operadas por compañías privadas.
«Doug» Hurley y «Bob» Behnken son amigos, entraron en la NASA en el año 2000, se casaron con mujeres astronautas, ambas ya retiradas y pertenecientes a su misma promoción, tienen cada uno un hijo, y ahora hacen historia al ser los primeros en viajar a la EEI nueve años después de la cancelación del programa de transbordadores espaciales desde suelo estadounidense.
Desde 2011 la NASA se vio obligada a utilizar el sistema de lanzamiento ruso del Soyuz para enviar a sus astronautas a la EEI, pero ahora recupera su autonomía al dejarlo en manos de compañías privadas.
El objetivo final de la agencia aeroespacial estadounidense es crear un modelo de viajes espaciales comerciales con el que pretenden viajar a la Luna y a Marte gracias al impulso de la industria privada.
Despegue exitoso
La emoción del despegue el sábado se mantuvo hasta el último momento debido a las condiciones meteorológicas que amenazaron con cancelar el lanzamiento, tal y como ocurrió el pasado miércoles, y que este sábado dejaron en vilo a las más diez millones de personas que vieron la retransmisión en vivo a través del canal de la NASA.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el vicepresidente, Mike Pence, no se perdieron el espectáculo y se desplazaron hasta el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida), para ver el despegue en directo, lo que refleja la importancia que le otorga su Administración a la exploración espacial.
Trump, que quiere dedicar 25.000 millones de dólares a la agencia aeroespacial estadounidense del presupuesto del año que viene, dijo «estar orgulloso tanto de los trabajadores de la NASA como los del sector privado» tras el despegue.
«Vamos a ir a la Luna para poder ir hasta Marte», indicó Trump, que es el primer presidente en el cargo que viaja hasta el Centro Espacial Kennedy para ver un lanzamiento en directo desde Bill Clinton en octubre de 1998.
El administrador de la NASA, Jim Bridenstine, explicó unos minutos después del despegue que gracias a la Administración Trump se ha recuperado «un tipo de liderazgo en materia espacial que no había desde hacía mucho tiempo».
«Él también ha dicho que llegaremos a la Luna para 2024. Se está arriesgando y está tomando la responsabilidad de cara a que se cumplan esos proyectos que ha prometido», afirmó Bridenstine.
Siguiendo los pasos de la historia
Behnken y Hurley siguieron los mismos pasos de Buzz Aldrin y Neil Amstrong en 1969 y abordaron el transbordador desde la plataforma de lanzamiento 39A, la misma que se usó para la histórica misión del Apolo 11 en la que el ser humano pisaría la Luna por primera vez.
Sin embargo, su trayecto desde las instalaciones del Centro Espacial hasta la nave fue algo distinto ya que lo hicieron en dos automóviles Tesla, compañía cofundada por el propio Musk.
«Es un gran honor para nosotros formar parte de este gran esfuerzo de volver a poner a Estados Unidos en el mercado de los lanzamientos espaciales», dijo Behnken unos minutos antes de despegar.
«Gracias por todo el trabajo que han hecho y por poner a Estados Unidos de nuevo en la órbita terrestre desde la costa de Florida», añadió Hurley ya desde el espacio.
Ellos han dado el primer paso de una nueva era en la que el siguiente gran objetivo será el éxito de la misión Artemisa, que pretende llevar a un hombre y una mujer a la superficie lunar en 2024 y avanzar en tecnología que permita la llegada a Marte con la que EE.UU. quiere restablecer su dominio y liderazgo en el espacio.
Rusia saluda el lanzamiento de Crew Dragon
La agencia espacial rusa Roscosmos celebró el lanzamiento realizado la víspera en Estados Unidos de la nave espacial tripulada Crew Dragon y destacó la importancia de que existan vías alternativas de llegar hasta la Espación Espacial Internacional (EEI).
«Es muy importante tener al menos dos posibilidades de volar a la Estación. (...) En el espacio puede suceder cualquier cosa y es necesario tener al menos dos sistemas de transporte que garanticen la presencia de tripulaciones a bordo de la EEI», escribió en su cuenta de Twitter el portavoz de la entidad, Vladímir Ustimenko.
Sin embargo, aclaró que Rusia no tiene la intención de quedarse en el mismo lugar.
«Ya este año probaremos dos nuevos cohetes, y el año que viene reanudaremos nuestro programa lunar. ¡Será interesante!», señaló.
Según Ustimenko, el lanzamiento de Crew Dragon «es algo que debía haber sucedido hace tiempo».
«Ahora no solo los rusos lanzarán naves a la EEI, sino también los estadounidenses. ¡Y eso es magnífico!», afirmó.
Por su parte, el director ejecutivo del programa de vuelos tripulados de Rusia, Serguéi Krikaliov, calificó la víspera en un vídeo publicado por Roscosmos este lanzamiento como «una nueva etapa del programa mundial de vuelos tripulados y del programa de la EEI, ya que ahora se abren nuevas posibilidades y nuevas reservas».
El también excosmonauta señaló que el programa estadounidense no afecta en nada a Rusia, ya que las ventajas que sacaba al incluir astronautas de EEUU en sus vuelos eran adicionales.
«Mientras nuestros socios tuvieron dificultades debido a que cerraron el programa Space Shuttle y demoraron en restaurar su programa de lanzamiento, nosotros obtuvimos cierta ganancia adicional. Tarde o temprano debía llegar a su fin», observó.