Ausencia de controles en la frontera entre Galicia y Castilla y León

Óscar Cela / Miguel Villar / M. G. / R. N. / O. S. LUGO / OURENSE / LA VOZ

SOCIEDAD

La Voz

Dos equipos de La Voz recorren las principales vías de entrada a la comunidad. Por la A-52, y a lo largo de 175 kilómetros, solo se encontró un control.  Por la A-6, ninguno

04 jun 2020 . Actualizado a las 20:56 h.

No había esta mañana de jueves demasiada tensión en el control de movimientos de vehículos en la frontera de Galicia con Castilla y León, una autonomía que además lleva (salvo el área sanitaria de El Bierzo) un retraso en el proceso de desescalada de una fase con respecto al territorio gallego. La preocupación, por el contrario, va desde hace días en aumento en algunas de las villas costeras de Galicia que en época estival multiplican su población con la llegada de veraneantes, muchos de ellos de fuera de la comunidad. Ponían voz inicialmente a este temor alcaldes de localidades de la Rías Baixas y la Mariña lucense, pero también de la Rías Altas. Se hacían eco de quejas y denuncias vecinales que advertían del aumento de la presencia foránea cuando aún está vigente el estado de alarma. Advertían de llegadas anómalas de personas que procedían de otras zonas de España, especialmente de Madrid, con la desconfianza que genera la aún grave situación de la epidemia en la capital de España y su entorno inmediato.

Mientras se acrecienta el debate, La Voz decidió pulsar los flujos de movilidad solo un día después de que el diputado del BNG, Néstor Rego, trasladase en el Congreso este malestar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien se mostró desinformado sobre el asunto y se comprometió a hablar con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para comprobar si esa entrada irregular de gente en las provincias gallegas «está ocurriendo o no». De hecho, el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, había negado recientemente la existencia del problema.

Un equipo de periodistas se trasladó a la frontera lucense, donde la tónica predominante fue la calma. El tráfico, tanto de camiones como de turismos, era fluido. No se localizaron controles ni en la frontera ni en los accesos a la A-6 desde Pedrafita, así como tampoco en el centro de este municipio lucense. La N-VI también arrancó la mañana sin demasiados movimientos.

En la frontera entre Lugo y Castilla y León no había controles policiales esta mañana de jueves
En la frontera entre Lugo y Castilla y León no había controles policiales esta mañana de jueves Óscar Cela

Es verdad que en la gasolinera de Pedrafita do Cebreiro, tras algunas consultas, confirmaban que los controles policiales en la carretera son habituales. Es más, aclaraban, los agentes suelen desviar el tráfico hasta la rotonda desde la A-6 y hasta la N-VI para realizar las inspecciones.

El segundo equipo de La Voz hizo el recorrido entre Ourense y Zamora por la A-52, principal vía de entrada desde la meseta a Galicia, en especial al interior y el sur de la comunidad y, por supuesto, hacia las Rías Baixas. En el trayecto el único control de movimiento de viajeros detectado lo realizaba la Guardia Civil de Tráfico a la altura del desvío a Xinzo de Limia, en la salida de Galicia en sentido Benavente (Zamora) y Madrid.

En plena desescalada y con la movilidad prohibida entre provincias y, por tanto, también entre comunidades, los conductores tenían vía libre para desplazarse por la frontera entre Galicia y Castilla y León por el túnel del Padornelo. Ningún control entre Mombuey, localidad zamorana que se sitúa a unos 45 kilómetros de suelo gallego, y la ciudad de Ourense. En total, un tramo de 166 kilómetros que en la mañana de este jueves estaba libre de vigilancia para aquellos que quisieran llegar a Galicia por este vial de alta capacidad.

Losada, por su parte, se reunió ayer con los mandos de la Guardia Civil en Galicia para tratar el refuerzo del dispositivo de vigilancia veraniego y con especial atención al control de desplazamientos entre provincias y desde fuera de la comunidad, además de cómo se desarrollarán a partir de ahora con los cambios normativos.

Control en Xinzo
Control en Xinzo Miguel Villar

En este sentido, Vilagarcía, por ejemplo, registró ayer una imagen infrecuente: un control de la Policía Nacional instalado en los accesos a la villa comprobaba el lugar de residencia de los automovilistas que llegaban. Los agentes preguntaban a los conductores dónde vivían y les pedían que detallasen su dirección.

Los controles son habituales en Pedrafita, pero ninguno ayer

A primera hora de la mañana de ayer en la frontera lucense-castellanoleonesa solo cabía hablar de nulas incidencias. El tráfico, tanto de camiones como de turismos, fue fluido durante toda la jornada. No se localizaron controles ni en la frontera ni en los accesos a la A-6 —vía que poco a poco recupera sus ritmos habituales— desde Pedrafita, así como tampoco en este emblemático concello de la montaña lucense.

También la N-VI abrió la jornada sin alteraciones ni mucho tráfico. La ausencia de vigilancia policial se repitió en el desvío a Ourense por la N-120, que se toma desde la autovía del Noroeste.

En la estación de servicio de Pedrafita do Cebreiro, un empleado que atendía al público comentaba que no ha percibido estos días una presencia evidente de personas que viajen desde otros municipios o provincias. En Pedrafita, además, el ambiente es aún de extraña tranquilidad, acrecentada por la falta de peregrinos.

Poco tráfico y escasa vigilancia para cruzar el Padornelo

Jueves, 9.00 horas. Al comprobar desde Ourense cómo de rígida es la vigilancia en la A-52 para tutelar los flujos entre Galicia y León, aflora un único control en el viaje de sentido Madrid. En Xinzo, en una amplia recta y en un punto habitual para controles de la Guardia Civil, los agentes paraban a los conductores para comprobar si circulaban por la provincia de manera correcta. El tráfico era de poca intensidad y con mayoría de camiones.

Fue el único momento en que los redactores hubieron de dar explicaciones. En el resto del periplo había vía libre para cruzar el Padornelo, dejar atrás Puebla de Sanabria y tomarse un café en Mombuey. En el recorrido de vuelta, nada. Tampoco en la N-525, antigua vía de comunicación principal con Galicia y que lucía desierta en un día laborable de junio. Eso sí, en Requejo, aún en suelo zamorano, una patrulla hacía una ronda rutinaria por un vial próximo a una gasolinera donde camioneros y viajeros se detienen para reponer fuerzas.