Los furanchos ya tienen permiso para la apertura y muchos se estrenan este fin de semana

SOCIEDAD

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El período de apertura de estos establecimientos es hasta el 30 de junio. Tras el cierre por el covid-19, la Xunta recomienda a los concellos que les permitan mantener la actividad hasta finales de julio

05 jun 2020 . Actualizado a las 18:06 h.

Los furanchos ya pueden abrir sus puertas para sacar adelante el vino acumulado en sus cubas. En una reunión con la directora xeral de Administración Local de la Xunta, Marta Fernández-Tapias, se informó a la Federación Provincial de Furanchos de Pontevedra que podrían abrir desde el pasado 11 de mayo si prestan servicio en el exterior, y desde el 25 en caso de que la actividad se desarrolle en el interior del local.

No obstante, son muchos los que han esperado y comenzarán a atender al público este fin de semana. José Luis Videira, portavoz del colectivo, hará lo propio hoy en su local de Chapela, en el concello de Redondela, y también serán muchos los de Cangas que retomen su actividad al contar ya con la autorización. En realidad el período de apertura de los furanchos es de tres meses desde el 1 de diciembre hasta el 30 de junio. Lo que ocurre es que la crisis del coronavirus ha hecho que cuando se decretó el estado de alarma, el 14 de marzo, muchos de estos locales no habían abierto ni un solo día, lo que impide que puedan aprovechar los tres meses. De ahí que la Xunta haya recomendado a los concellos, que son los que tienen competencias sobre estas instalaciones, que permitan ampliar hasta finales de julio esta apertura, para que los responsables de los furanchos tengan al menos junio y julio para dar salida a los excedentes de vino.

El mes de julio ya se habilitaba de forma excepcional cuando por algún problema algún local no había podido aprovechar los tres meses. El colectivo, no obstante, quiere ir más allá y que se extienda esta apertura en agosto, ya que la pandemia ha hecho que se queden con dos meses escasos para abrir. Cada concello tiene su registro propio de furanchos y es quien debe garantizar que se cumplen las normas. Aunque son establecimientos abiertos al público, tienen una regulación propia por sus singularidades.