El príncipe Carlos de Inglaterra cumplió el sábado 72 años y al día siguiente, ayer domingo, recibió un regalo inesperado y envenenado: el estreno en Netflix de la cuarta temporada de la serie The Crown, que relata la época más turbulenta y la decisión más discutida de su vida. La gran producción ha llegado al momento en que el heredero conoce, se compromete y se casa con Diana de Gales, por entonces aún Lady Di, sabiendo que toda la relación estaba construida sobre una gran mentira. La casa real británica siempre ha hecho saber a través de terceros que en las televisiones de palacio no se veía The Crown. No oficialmente. Ayer los amigos de Carlos también hicieron saber a medios como el Daily Mail que el príncipe de Gales está muy desconforme con el retrato que se hace en la ficción y acusan a la plataforma de explotar el dolor personal de la familia en su beneficio económico y de «trolear con un presupuesto de Hollywood». Aseguran que la serie presenta «la ficción como realidad» en una versión retorcida de los acontecimientos. También algunos medios británicos se han mostrados críticos con la serie de Peter Morgan y, de forma indirecta, han aprovechado para arrear también un sopapo a los huidos duques Sussex. No hay que olvidar que Harry y Meghan firmaron hace un par de meses un acuerdo millonario para hacer programas infantiles y de carácter social para Netflix, la plataforma a la que ahora se acusa de herir a la que, por más que les pese, todavía es su familia.
Caso Cantora
El abogado de Paquirri se defiende de Kiko Rivera. Después de la entrevista histórica en la que Kiko Rivera acusó a su madre, Isabel Pantoja, de expoliar el patrimonio que su padre le dejó en herencia, el sábado en el Deluxe llegó la respuesta de Ramón Calderón, abogado y amigo íntimo de Paquirri al que Rivera acusó de haber cometido irregularidades junto con su madre. El abogado entró por teléfono para defenderse: «Hay insinuaciones que no se puede hacer gratuitamente, yo no tengo nada que ver». Calderón explicó las razones por las que aceptó velar por los intereses de Kiko Rivera a raíz de la muerte del torero y hasta el año 1987: «Porque era el hijo de Paquirri, de un amigo, porque estaba desamparado y lo hice desinteresadamente durante tres años y no fue fácil».