Jeff Bezos se convierte en astronauta tras su aventura espacial de once minutos

Xavier Fonseca Blanco
Xavier Fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El propietario de Amazon ascendió hasta los 100 kilómetros de altura, según la Federación Aeronáutica Internacional

21 jul 2021 . Actualizado a las 11:38 h.

Jeff Bezos es el hombre más rico del mundo y desde este martes también un astronauta. El propietario de Amazon y Blue Origin completó con éxito su aventura espacial de once minutos. El cohete New Shepard ascendió hasta los 100 kilómetros de altura, donde se encuentra el límite con el espacio exterior. De vuelta en la Tierra, Bezos abandonó la capsula sano y salvo, ataviado con un sombrero tejano y muy contento por la experiencia.

Le acompañaron su hermano Mark, la pionera de la aviación estadounidense Wally Funk, de 82 años, y Oliver Daemen, de 18. El joven se incorporó a última hora. Su padre, el magnate holandés Joes Daemen, le ha costeado el capricho por una cantidad que no ha trascendido después de que otro millonario que iba a pagar 28 millones por la plaza haya renunciado al asiento por problemas de agenda.

Desde que Yuri Gagarin pasase a la historia por convertirse en el primer ser humano en viajar al espacio el 12 de abril de 1961, unas 550 personas han conseguido salir de las fronteras de la Tierra. Abandonar los límites del planeta siempre ha estado restringido al personal de las agencias espaciales, dada la exigencia del viaje. Los astronautas de la NASA o la ESA deben superar una fase de entrenamiento muy dura, al que deben someterse cada cierto tiempo, independientemente de si son elegidos o no para las misiones.

Pero la irrupción de los multimillonarios de Silicon Valley ha dado paso a una nueva era. Hasta ahora se iba al espacio a hacer ciencia, pero hoy está ya al alcance de las grandes fortunas del mundo. Una nueva carrera está surgiendo. Esta vez los protagonistas no son países, sino las personas que han impulsado algunos de los avances tecnológicos más influyentes de la historia y que ahora quieren convertirse en astronautas: Jeff Bezos, Richard Branson, fundador de Virgin Galactic y Elon Mask, propietario de Tesla y Space X.

Branson tomó ventaja tras el vuelo que realizó el pasado día 11 de julio a bordo del avión VSS Unity. El aparato del filántropo británico ascendió hasta los 80 kilómetros por hora. «Branson alcanzou a mesosfera, unha rexión na que se empeza a compactar a atmosfera e onde están as estrela fugaces. Se decantou polo límite establecido nos anos 60 por Estados Unidos para que os pilotos dos cohetes X15 foran considerados astronautas», explica Jorge Mira, catedrático de Física de la Universidad de Santiago.

El siguiente en dar el salto ha sido Bezos en una fecha muy señalada. Cada 20 de julio se celebra el aniversario de la llegada del hombre en el Apolo 11.

Como Bezos no podía ser el primero, voló más tiempo y alto que Branson, hasta los cien kilómetros de altura, donde se encuentra el conocido como límite de Kármán. «Es una frontera técnica a partir de la cual no tiene sentido que los aviones usen alas. A 100 kilómetros de altura para volar en un avión usando alas necesitas más velocidad que la de una orbita, por tanto es más eficiente usar un cohete y orbitar», explica el astrónomo Borja Tosar.

En cuanto al paisaje que observaron a través de las ventanas, lo cierto es que no hay mucha diferencia. «Se un aparato sube en Madrid a 25 quilómetros verá un radio de uns 570 quilómetros, é dicir, toda España. O que pasa é que a fórmula que calcula a liña do horizonte depende da raíz cadrada da altura. Polo tanto se en lugar de subir a 25 ascendes catro veces máis alto, o horizonte unicamente representa o dobre», reconoce Mira.

Eso sí, entre Branson y Bezos habrá una diferencia importante en lo referente sobre cuál de los dos puede considerarse verdaderamente un astronauta. Branson solo podrá presumir de serlo en Estados Unidos, mientras que Bezos podrá hacerlo en todo el planeta ya que el límite de Kármán ha sido acordado por la Federación Aeronáutica Internacional.

«El mejor día» de su vida

Un jubiloso Bezos aseguró desde el interior de la cápsula en la que volvió a la Tierra que este martes era el «mejor día» de su vida. 

«Por cada cliente de Amazon y cada empleado de Amazon, muchas gracias desde el fondo de mi corazón», dijo Bezos ante los periodistas a su llegada y con el mismo sombrero de vaquero con el que subió al New Shepard.

Al término de la rueda de prensa, Bezos dio a conocer el premio Courage & Civility Award, una nueva iniciativa filantrópica que este martes desembolsó 200 millones de dólares (unos 170 millones de euros al cambio actual) y cuyos destinatarios podrán distribuir a las organizaciones benéficas o sin fines de lucro de su elección.

Los primeros beneficiarios han sido Van Jones, comentarista y fundador de la organización Dream Corps, y el premiado chef español José Andrés, que dirige la fundación World Central Kitchen. Cada uno de ellos recibió un fondo de 100 millones de dólares (unos 85 millones de euros).

 perfil jeff bezos

El hombre más rico que hizo fortuna en un garaje

La historia del hombre que revolucionó la logística en el mundo comenzó a finales de los 90 en un pequeño garaje de Seattle donde creó su primer negocio, una librería online llamada Cadabra.com que tras su espectacular éxito fue rebautizada como Amazon. Unos meses después la empresa ya vendía todo tipo de productos y el ascenso en bolsa parecía no conocer techo. La revalorización de la compañía nunca ha dejado de aumentar hasta los 200.000 millones de dólares actuales que convierten a Bezos en la primera fortuna del planeta, valorada en unos 30.000 millones. Bezos ha apostado fuertemente por diversificar el modelo de negocio. En el 2013 sorprendió a propios y extraños tras adquirir el diario de The Washington Post por 250 millones. A día de hoy sigue sin conocerse cuál es el objetivo de esta compra. Aunque para adquisiciones inesperadas, su inversión de 42 millones de dólares para que un reloj dure 10.000 años. Bezos compite, además, de tú a tú con Netflix en el sector de las plataformas de streaming. Recientemente ha comprado los estudios cinematográficos de la Metro Goldwyn Mayer por 7. 000 millones.

Un visionario como Bezos no funda una compañía espacial como Blue Origin ni viaja al espacio solo por curiosidad o para cumplir un sueño. Parece ser un gesto simbólico que anuncia el negocio del futuro. Ahí afuera está esperando una industria con un enorme potencial: la minería espacial.

Elon Musk ya ha pagado una parte de su billete para entrar en órbita

Aunque Elon Musk no ha sido el primero en viajar al espacio como turista, en realidad, el dueño de Space X va muy por delante en esta carrera espacial frente a sus contrincantes. Su compañía es presente y futuro de la industria aeroespacial de Estados Unidos tras haber firmado con la NASA un acuerdo para llevar astronautas a la estación espacial. Y su obsesión es mucho más ambiciosa que viajar unos minutos al espacio. Es Marte. En cualquier caso, ya ha comprado parte de un vuelo espacial con Virgin Galactic.