La «influencer» y el exfutbolista llevaban doce años juntos y tienen dos hijos
23 ene 2022 . Actualizado a las 13:09 h.Si 2021 fue el año de las rupturas, que ya les conté que hubo unas cuantas y muy sonadas, este 2022, solo lleva unos días y ya empieza fuerte. Y es que Tamara Gorro y Ezequiel Garay han anunciado este lunes su separación, al menos de manera temporal. Ha sido la propia influencer la que ha confirmado la noticia a través de su cuenta de Instagram en un vídeo para informar a sus seguidores y así evitar rumores.
«Jamás hubiese deseado grabar este vídeo», comienza a explicar Tamara Gorro llorando. «Ezequiel y yo nos vamos a tomar un tiempo como pareja, nos vamos a separar, que no divorciar», anunció. La pareja tiene la «esperanza de volver a recuperar y de terminar la vida juntos», explica.
«Yo siempre he dicho que no somos un matrimonio perfecto, pero llegó un momento que te estancas como pareja y tienes dos opciones: o continuar y terminar con un desgaste que no tenga solución, o continuar porque hay amor. Hemos decidido tomar un descanso con la fe y esperanza de continuar juntos», continúa.
«Evidentemente, se van a proceder a dar pasos porque nos vamos a separar. Eso implica que tengamos que estar en diferentes casas y no quiero alimentar rumores. Somos una pareja normal que ha pasado y está pasando por este bache y que he tomado la decisión más adecuada, que es coger un poco de aire e intentar caminar juntos de nuevo», añade.
Tamara Gorro desmiente tajantemente que hayan influido terceras personas en esta decisión ni estaría relacionada con su problema de salud mental, que ya confesó hace unas semanas. «No es el principal motivo» por el que ella enfermó. «Ha sido la gotita que ha ido colmando... Se me junta esto con el problema que ya tenía, pero no es el principal motivo», afirma. «Nos vais a ver juntos, seguimos conviviendo juntos», explica.
«Hablo con dolor porque hay amor, hay muy buena relación», sigue al borde del llanto. «Nos veréis reír, abrazarnos, querernos. Yo sí creo en el amor porque llevo 12 años experimentando el amor y jamás me imaginaría que yo o Ezequiel diéramos un paso así teniendo amor», añade. «Llevamos meses viviendo juntos sin ser pareja», confesó.
«Me duele mucho que se pueda separar de por vida. Tenemos una familia preciosa, que ha costado mucho tenerla. Jamás me imaginaría dar un paso así teniendo amor. Tenemos 35 años, toda una vida por delante. Ezequiel siempre me va a tener a su lado, siempre. Volvamos a estar juntos o esto sea indefinido. Le quiero, le amo y sé que me quiere y me ama. Y por eso tomamos esta decisión. Creemos que es la más acertada», añadió. Asegura que es un «bache» y que quieren «coger aire».
«Quiero dar un poco de normalidad a todo esto y solo deseo una cosa: Que esto tenga un final muy feliz. Ahora mismo es una pausa para luego coger carrerilla», finalizó.
Ezequiel Garay compartió poco después el vídeo de Tamara en sus stories con una auténtica declaración de amor a pesar de su ruptura: «No es un 'adiós', es un 'hasta luego'. Te amo y, pase lo que pase, siempre serás el amor de mi vida. Gracias».
Un 2021 muy duro
Tamara Gorro ha vivido este 2021 unos meses especialmente complicados. En agosto sufría un duro golpe con la recaída de su «princesa» y junto Ezequiel, se desplazaban a Barcelona para arropar a la familia de amigos a los que están muy unidos.
Además, la influencer confesó que sufría problemas de salud mental. «Yo reconocí públicamente que tenía un problema de salud mental, estoy en tratamiento psiquiátrico, tratamiento psicológico», explicaba en Sálvame hace unas semanas.
«Mi caso, personalmente, no es que yo me haya ido o tuve que dejar las redes por ningún acoso o por presión, en mi caso particular no es así, yo me tuve que retirar por prescripción médica», añadía.
La pareja ha pasado durante estos doce años muchos momento delicados. Primero fueron los problemas de fertilidad de Tamara Gorro. «Han sido tres años de lucha, superación, altos y bajos. Tres años luchando por quedarme embarazada. Antes de casarnos quisimos quedarnos embarazados para poder dar la noticia en la boda. Pero van pasando los meses. Al año vamos al médico y me dice que nos derivan a la unidad de reproducción para ver qué es lo que sucede. Aparentemente ninguno tenemos ningún problema, pero ahí ya me dicen que yo no ovulo, hay un tratamiento que hace que ovules, pero tampoco funciona», explicaba hace años detallando sus casi veinte intentos con la fecundación in vitro.
Su primera hija llegó a través de gestación subrogada y años más tarde nacía Antonio, un niño muy deseado que ella pudo tener lo que ella misma denominó como un «embarazo milagro». Su nombre es en honor a un amigo de Tamara, que falleció repentinamente la misma semana en la que supo que estaba embarazada. «Desde que se marchó supe que estaba conmigo, me entregó el sueño más deseado y lo completa dándome un ser que siempre llevará su nombre, Antonio», añadió.