«Non vexo un bum Tanxugueiras nos pedidos»

SOCIEDAD

Rivas trabaja en su taller del barrio vigués de Cabral.
Rivas trabaja en su taller del barrio vigués de Cabral. XOAN CARLOS GIL

El vigués Miguel Rivas empezó a tocar instrumentos de percusión con 7 años. La curiosidad le llevo a empeñarse en saber construirlos. Ahora es de los pocos artesanos que los hace. De panderetas a tambores medievales

06 abr 2022 . Actualizado a las 23:09 h.

En su taller del barrio vigués de Cabral, Miguel Rivas (Vigo, 1989) da forma con paciencia y cariño a los encargos que recibe. Al joven lutier le entró el gusanillo de la construcción de instrumentos tradicionales aprendiendo a tocarlos, como integrante del grupo folklórico de su parroquia, pero yendo más allá de las partituras. «Sempre fun un neno inquieto e tirábame a curiosidade de saber como se facían, porque xa me gustaba xogar coa madeira e fedellar nela para facer xoguetes», cuenta.

Acabando la ESO ya tenía en mente hacer un ciclo de carpintería e intentar montar su propio taller al finalizarlo. «Tiven a sorte de que no ciclo tiña un profesor que tocaba nun grupo de música tradicional. Piqueille un pouquiño e despois das clases quedábame facendo horas con el», recuerda añadiendo anécdotas como la fallida solución para amoldar una pandereta, que intentó curvar con una plancha de la ropa. «Facendo experimentos!», resume para explicar unos inicios y una evolución imposible sin dos premisas: «Moita curiosidade e moito preguntar», afirma.

En la Escola de Artes e Oficios de Vigo aprendió a construir gaitas. Sin embargo, formarse en percusión no era tan sencillo. Toca desde los 7 años, pero no tenía dónde aprender a hacer los instrumentos, así que Miguel siguió el método inicial: «Probando e rompendo moita madeira», reconoce.

Empezó a tocar en su grupo de Cabral, donde coincidió con Iván Blanco. «É un dos referentes en Galicia e membro do grupo Pelepau, e estamos pensando facer algo xuntos se xurde a oportunidade», dice. Durante años siguió tocando en grupos de Vigo, pero ya lo ha dejado: «Entre o taller e as clases non dou feito». Aunque hace gaitas, su especialidad como fabricante es la percusión tradicional, aunque también enseña a tocar los instrumentos. Actualmente lleva cinco grupos. Antes daba clases particulares en su taller y ahora, en asociaciones culturales en Vigo, Mos, Gondomar, Bueu y Barcia de Mera.

Pieles de oveja y cabra para tambores y panderetas.
Pieles de oveja y cabra para tambores y panderetas. XOAN CARLOS GIL

Tambores, panderetas, bombos, tarañolas o pandeiros son pedidos habituales que recibe. A veces, piezas más complicadas, como la que le propuso Xurxo, el hermano de Carlos Núñez: «Pediume que lle fixese uns tambores medievais e díxenlle que si. Gústame explorar novos proxectos», reconoce. Aunque usa membranas naturales para los parches, hace excepciones, como con un encargo de tambores para México, que decidió cubrir con parches sintéticos «porque se teñen problema, alí non hai artesán que o poida reparar», explica. Para Rivas, que aporta su personalidad a cada pieza, lo importante es que el cliente quede contento. «Se non lle gusta, prefiro repetir. Son cartos que tiro, pero aprendo», dice.

Le piden personalizar piezas con nombres o figuras.
Le piden personalizar piezas con nombres o figuras. XOAN CARLOS GIL

Admite detalles personalizados en los acabados, desde nombres a figuras variadas (flores, trisqueles, animales, Harry Potter... ), yen cuanto a la venta de panderetas no nota el efecto Tanxugueiras. «Non vexo un bum nos pedidos». ¿Una buena pandereta? Desde 70 euros se puede encontrar algo con calidad.