Los creadores de «Supergarcía»: «Estar con José María García media hora es vivir en el ojo del huracán»
SOCIEDAD

Una serie documental de Charlie Arnaiz y Alberto Ortega para Movistar+ vuelve a meter en la radio al histórico periodista deportivo veinte años después de su retirada
26 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Hace dos décadas que José María García, creador de un nuevo género en el periodismo deportivo, dejó la radio de una noche para otra, sin despedirse de quienes lo escuchaban cada madrugada. Los directores Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, autores de Raphaelismo y Anatomía de un dandy, han vuelto a sentar a García en un estudio para mirar atrás, hacer un perfil del «rey de la radio» e intentar analizar su poderosa figura. La serie documental Supergarcía, compuesta por tres episodios, se estrena el lunes 29 en Movistar+.
—El primer episodio se presenta como la despedida que García no tuvo en su día. ¿Por qué ahora, tantos años después?
—[Charlie Arnaiz] Porque era casi obligada. Con el bum de las series y películas documentales, donde muchas productoras y directores estamos tratando de poner el foco en personajes y acontecimientos que fueron decisivos en nuestra historia, creo que José María García tiene un lugar privilegiado en la memoria popular y colectiva. Le propusimos hacer una serie que contase su trayectoria y cómo era el periodismo en ese momento. Desde el primer momento lo tuvimos claro: José María García tenía que volver a la radio. Él deja a sus oyentes huérfanos de un día para otro, se marcha sin despedirse y desde siempre ha existido esa duda de por qué no volvía. Y no solo existe esta incógnita, sino muchas más preguntas que hemos tratado de desvelar.
—¿Han descubierto por qué no hubo despedida?
—[Alberto Ortega] Hay muchas razones. Se dan muchas versiones de por qué fue así, cada uno tiene una opinión. Hay una razón, que es su propia familia. Otra, que es que aquel tipo de periodismo ya no estaba tan abierto a la audiencia como antes. Pero nos gusta que esa gran incógnita que se presenta desde el inicio de la serie quede en manos del espectador.
—La serie muestra unas cajas guardadas en un almacén donde se conservan los recuerdos de toda una vida. ¿Cómo llegaron a ellas?
—[C. A.] Ese almacén es uno de los grandes protagonistas de la serie. Nosotros hablamos con García desde el principio y le comentamos que uno de los grandes problemas a la hora de contar esta historia es que todo transcurre en audio. Y cuando íbamos a las fuentes, a distintas emisoras, no conservaban los archivos originales. Entonces él nos dijo: «No os preocupéis, yo tengo todo guardado. Tengo un almacén donde guardé todos los audios de mis programas y demás». Eso es real. Hay un almacén en Madrid donde José María García guardó hace veinte años, apilados en cajas, todos los recuerdos de la época. Allí nos encontramos fotografías, documentos inéditos, cartas, ropa, cuadros, cajas y cajas de audios que contenían todas las grabaciones que aparecen en la serie. Es cierto que para la serie el almacén lo recreamos porque el auténtico era un lugar muy pequeño y nada estético. Tuvimos que ficcionarlo, pero el almacén físico existe y la historia es verídica.
—Para su «Raphaelismo» contaban con numerosas grabaciones de vídeo que ahora echan en falta.
—[A. O.] Ese era uno de los grandes retos. Raphael posiblemente sea una de las personas más grabadas y fotografiadas de la historia, porque son 60 años de carrera con éxito en todo el mundo, con firmas, discos... Tuvimos un gran problema logístico para poder insertar semejante cantidad de archivo. En este caso el reto era el opuesto. Cómo rellenamos tres horas de documental de una historia que transcurre en la radio y donde el gran protagonista es el audio. Barajamos muchas opciones y creemos que el reto lo hemos superado, hemos podido cubrir esos audios con recursos artísticos y de archivo de forma que mantengan al espectador metido en la historia y que la parte audiovisual no sea problema.

—¿Fue delicado abordar la rivalidad con De la Morena?
—[C. A.] Eso tiene mucha importancia en la serie, porque esa guerra de medios durante la época todo el mundo la veía con normalidad. Pero con el tiempo todo el mundo coincide en que fue una época súper excitante de la radio. El capítulo 2 se llama Un Vietnam en las ondas y es una de nuestras partes favoritas, porque la gente se da cuenta de lo que significaba el estar todas las noches en directo tratando de conseguir al deportista del día. Y muchos trabajadores nos dicen que se sentían como soldados que tenían que trabajar en un bando o en otro. Sabíamos que esta parte iba a generar mucho interés y ocupa gran parte del capítulo 2. El propio García le quitaba importancia, pero le dijimos que para todo el mundo esta guerra mediática fue súper interesante y creó división. España estaba dividida entre los que escuchaban a De la Morena y los que escuchaban a García. Estoy seguro de que esta serie la van a ver tanto aquellos que escuchaban El larguero y quieren oír la versión de García como gente que escuchaba Supergarcía y que quiere escuchar otra vez estas historias.
—Una guerra tan interesante que dio lugar a una serie de ficción, «Reyes de la noche», que se canceló de forma repentina.
—[A. O.] Somos productores y sabemos cuánto cuesta levantar un proyecto y creemos que no debemos entrar en ese debate. Son dos proyectos muy diferentes y el nuestro aborda toda una vida de ochenta años. La serie se encapsula en un período muy concreto. Nosotros vimos que ahí había una historia por contar y fuimos a Movistar de la mano de García. Él tenía otros proyectos sobre la mesa, pero el que mas le gustó fue el nuestro, sobre todo porque nos conocía de trabajos anteriores. No nos dejamos influir por esa polémica.
—¿Qué fue lo que más les sorprendió de conocerlo tan de cerca?
—[C. A.] A mí lo que más me ha sorprendido es que sigue siendo un personaje. Puedo imaginarme lo que fueron aquellos años de radio con este señor que no para quieto. Lo que fue tenerlo 16 horas sentado en una silla, porque fueron cuatro días de entrevistas en profundidad. Estar con García media hora es vivir en el ojo del huracán, constantemente cogiendo llamadas, saltando de una cosa a otra, un huracán de ochenta años. Sigue siendo el mismo. Y me sigue sorprendiendo cómo pudo llegar a tener tanto poder, que levantaba el teléfono y tenía línea directa con la casa real, el presidente del Gobierno o los presidentes de los clubes de fútbol. Nos sigue dejando sorprendidos. Eso dice mucho a favor de García pero, en cierto modo, fue también su sepultura. Ese poder es el que acaba con él.
«Fue capaz de integrar vocabulario en el hablar popular»
Supergarcía tiene tres episodios no cronológicos, un rompecabezas que reconstruye «una época, un personaje y una forma de hacer periodismo que ha desaparecido».
—En el caso de García, el personaje llegó a devorar a la persona. ¿A cuál de los dos se acerca más el documental?
—[C. A.] Hemos intentando que fuese un acercamiento a ambos. En el primer episodio intentamos describir cómo llega a convertirse en un personaje y crea un estilo radiofónico que es un único. Pone en marcha Hora 25 y empieza a hacer deportes a partir de las doce de la noche, que era una locura y lo sigue siendo, porque en Europa nos miran con asombro. Eso lo inventó él y tenía un estilo propio. Inventa palabras y expresiones como el «ojo al dato», «abrazafarolas», «chupóptero»... Él es capaz de integrar un vocabulario en el habla popular, algo muy complicado pero que dice mucho del personaje y de la cantidad de seguidores que tenía. Por otro lado, inventa aquella fórmula de hablar con esos silencios en los que parecía que la radio se hubiera apagado. Inventa la radio deportiva de investigación. Antes era informativa, pero él empieza a poner los micrófonos en los vestuarios, en los campos de fútbol y a ir en contra de las corruptelas. Ahí está el personaje. Pero en el capítulo 3 sus hijos hablan por primera vez sobre su padre, sobre cómo vivieron aquellos años.
—¿Adoptó el rol de un justiciero?
—[A. O.] Es un rol que adquirió una vez que se dio cuenta del poder que tenía detrás del micrófono. Consideraba que tenía que luchar contra los maleantes, los chupópteros y abrazafarolas. Ese rol fue el causante de muchas de sus polémicas, pero también de sus éxitos. Esa capacidad de influencia a nivel político y social y de comunicación pocas veces se ha dado. Realmente es un enigma cómo ha podido amasar una fortuna económica un periodista que ganaba más que los futbolistas a los que entrevistaba, eso no se ha dado jamás. Todo viene de ese afán por denunciar las injusticias.