Solo el 15,6 % de los que lo sufren trabajan en condiciones de normalidad. Un 12 % ni si quiera pueden realizar su aseo personal
16 jun 2023 . Actualizado a las 14:13 h.Casi dos millones de españoles padecen covid persistente y, de ellos, 600.000 lo sufren desde hace más de tres años. El impacto de la enfermedad en el ámbito laboral es brutal: el 27 % están de baja laboral, el 19 % trabajan con «muchísimas limitaciones» y un 10 % han perdido su empleo. Y es que solo el 15,6 % de los afectados por covid persistente trabajan en condiciones de normalidad, «lo que quiere decir que la alteración funcional es muy importante y la merma de la calidad de vida, también», explica en una entrevista a Efe la coordinadora del grupo de covid persistente y vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la gallega Pilar Rodríguez Ledo.
Estos resultados proceden de una encuesta realizada por la SEMG entre octubre del 2022 y enero del 2023 sobre una muestra de 1.122 pacientes con varios meses de sintomatología, de los que 942 fueron validados con covid persistente. El 78 % de los pacientes que contestaron la encuesta eran mujeres, la media de edad 47 años y la horquilla de tiempo de afectación oscila entre los tres años y los 200 días.
Aunque se observa que el covid persistente evoluciona a un ritmo menor que al principio, el 10 % de los contagiados desarrolla la enfermedad. Rodríguez Ledo, que este viernes será elegida nueva presidenta de la SEMG, recuerda que los síntomas del covid persistente afectan a cualquier parte del organismo. Hay síntomas mayoritarios como la astenia o un cansancio intenso como nunca antes había tenido el paciente, y los que aquejan al área neurocognitiva: déficit de concentración, niebla mental, cefalea, dolores osteomusculares, sintomatología del aparato cardiovascular, respiratorio y digestivo.
Un 12 % no pueden siquiera asearse
Según la encuesta, el grado de discapacidad aumenta hasta seis puntos en comparación con su situación antes de desarrollar la enfermedad. En una escala del 1 al 10 donde el diez es discapacidad máxima, la media es 6,1 partiendo de un 0,7 antes del contagio. El sondeo también revela que el 2,9 % han conseguido la incapacidad permanente. Un 12 % no pueden realizar su aseo personal o lo hace con muchísimo esfuerzo y un 50 % tampoco pueden hacerse cargo de las labores del hogar o requiere para ello de un esfuerzo ímprobo.
Rodríguez Ledo también comenta que la encuesta revela que se trata de una población que antes de padecer covid persistente no padecía patologías o, si las tenía, era en la misma proporción que el resto de ciudadanos. Preguntados por el estado de salud, los resultados muestran una pérdida de cuatro puntos, de un 8,5 sobre 10 antes del covid persistente a un 3,9, en la actualidad. Y más de la mitad, el 56 %, no han podido retomar el ocio del que disfrutaba.
La encuesta también ahonda en las redes de apoyo. El 71,6 % reconocen contar con el respaldo de familia y un 57,8 % afirman tener el sostén de los amigos, pero cuando se trata del ámbito laboral, solo el 33,4 % estiman que tiene soporte. Rodríguez Ledo constata que es el espacio laboral el que más problemas genera, «y donde más tienen que pelear los pacientes».
El covid persistente dañó también las relaciones personales y la media puntúa con un 8 el deterioro sufrido cuando 10 es la peor nota posible. Otro de los aspectos que revela la encuesta es que los pacientes puntúan al médico de familia como el profesional que les ofrece más apoyo y mejor seguimiento hace de su enfermedad, seguido del internista y del psicólogo. Y es que las unidades de covid persistente que fueron creadas para atender las secuelas agudas graves han cerrado, una vez que la pandemia ha ido remitiendo.
Con estos resultados, Rodríguez Ledo apela a hacer una reflexión para que estas personas puedan seguir con su vida. Que el covid persistente se convierta en una enfermedad crónica, dice, «sería el mal menor si somos capaces de ofrecer un tratamiento para controlar los síntomas».